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Paleterías «La Michoacana»: Así Fue Que Conquistaron A México

Rafael Malfavón Villanueva fue el pionero en crear esta idea millonaria michoacana

STAFF/@michangoonga

Trozos de fruta de temporada dieron sabor a las exquisitas paletas de hielo que preparaba, don Rafael Malfavón Villanueva, apodado “El Arrapato”; a finales de la década de 1930, en el municipio de Tocumbo, Michoacán.

En cajas de madera y con un burro enganchado, Malfavón Villanueva salía por las tardes a vender sus paletas a comunidades cercanas a Tocumbo; aun cuando las actividades económicas principales eran agrícola y ganadera en esta zona oriente de la entidad.

Los resultados fructíferos de las ventas de paletas de hielo, le permitieron poner su primer establecimiento al michoacano en 1942, lo que originó una oportunidad de negocio entre los habitantes.

Don Rafael Malfavón Villanueva, se auto proclamo como el “pionero” en el negocio de las paleterías, quien dío trabajo a los michoacanos.

Las Paleterias llegaron al Distrito Federal (hoy Ciudad de México), gracias a Ignacio Alcázar Pulido, un empleado del señor Malfavón que le había robado dinero y con eso pudo abrir una pequeña paletería cerca del penal de Lecumberri.

Para 1970, el 35% de las paleterías ubicadas en la capital del país estaban en manos de personas que residen en Tocumbo. El atractivo de ‘La Michoacana’ frente a otras marcas es que las paletas eran grandes, baratas y con mucha fruta.

Tuvo tanto éxito el modelo de negocio que por todo el país se extendieron las paleterías con el nombre de ‘La Michoacana’ e incluso lograron cruzar la frontera a Estados Unidos y varias naciones de América Central.

Por otro lado, el logotipo fue creado por el mismo Alejandro Andrade y se trata de una indígena con un helado y bajo el slogan: La Michoacana es natural.

Hoy en día las Paleterias y neverías de «la Michoacana», siguen en varias partes del país, con sus sabores naturales, con trozos de fruta como se acostumbró desde sus inicios.

Son tan populares aún que puedes encontrarlas en casi cualquier esquina de las colonias más populares, aquí en nuestro hermoso Morelia.

Dato curioso:

En Tocumbo, Michoacán, donde nació esta gran costumbre de elaborar paletas y helados con grandes trozos de fruta, con precios accesibles, cuyas ganancias sirvieron para construir una Iglesia.

Con información de @DeMemoria

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