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Durante la homilía que realiza el Papa Francisco en el Estadio Venustiano Carranza, el Pontífice hizo una crítica a los religiosos a no resignarse, ni convertirse en “funcionarios de lo divino”, ni ser “empleados de la empresa de Dios”, sino el acercarse a Jesús.
“No somos ni queremos ser funcionarios de lo divino, no somos ni queremos ser nunca empleados de Dios, porque somos invitados a participar de su vida, somos invitados a introducirnos en su corazón, un corazón que reza y vive”, expresó.
Contando con Virgen de la Salud de Pátzcuaro en el estadio, el Papa utilizó el báculo que pertenecía al Tata Vasco, por lo cual expresó “con ustedes quiero hacer memoria de este evangelizador, conocido también como Tata Vasco”, reconociendo la realidad que vivían los indios purépechas, recogiendo las arrebañaduras, que “lejos de llevarlo a la tentación, de la miseria, y la resignación, movió la fe, su vida, y compasión, y lo impulsó a llevar diversas propuestas ante esta realidad tan paralizante”, dijo.
Retomando las enseñanzas del Tata Vasco, que indicó significa “Papá”, el Pontífice retomó en sus palabras, Padre, papá, abba. Esa es la oración, esa es la expresión a la que Jesús nos invitó. Padre, papá, abba, no nos dejes caer en la tentación de la resignación, no nos dejes caer en la tentación de la pérdida de la memoria, no nos dejes caer en la tentación de olvidarnos de nuestros mayores que nos enseñaron con su vida a decir: Padre Nuestro”.
