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El titular de la Profeco, Ricardo Sheffield, informó que en el establecimiento Imagen S.A de C.V en Champotón, Campeche, los verificadores abrieron una bomba de gasolina, pero también la caja donde se encuentra ésta.
La caja contiene una tarjeta y al voltearla encontraron un software que «rasura» los litros vendidos.
Como leyenda urbana habíamos escuchado mucho que la bomba tenía «rastrillo» y que la bomba tenía «rastrillo», no era evidente al abrir la bomba, había que abrir esta caja y voltear la tarjeta y descubrimos a los que están haciendo trampa con este software.
Sheffield explicó que este artefacto se puede maniobrar con un botón desde un celular e indicar cuánto quieren que se venda por litro. «El parámetro no lo podemos saber más que en una sola bomba cuando hacemos la verificación antes de que activen el dispositivo. Por eso nos han estado engañando», señaló.
Además, suponen que el mismo fabricante de la bomba está vendiendo «por abajo del agua» el «rastrillo» porque si no, no se podría adaptar.
En conferencia de prensa matutina, el titular de la Profeco dijo que por órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador se denunciará este hecho ante la Fiscalía General de la República (FGR).
Además, la Procuraría iniciará un operativo en 71 establecimientos para rastrear «rastrillos».
