La Alegría. Segunda parte.
Por Padre Pistolas.
Una de las tragedias de nuestros días es el tiempo dedicado a la televisión, que es una serie de comerciales seguida a veces de un programa generalmente pobre en calidad sin dejar oportunidad a la convivencia y el ingenio del chiste o la anécdota.
Cuatro cojos llevaban a enterrar a un hombre epiléptico que creían muerto; en eso despierta y les dice “ O calman su movedera o sigo a pie”.
Un hombre al mesero: “ Mesero, este medio pollo no está tan bueno como el de la semana pasada”. El mesero contesta: “Qué extraño, es el mismo”.
Un señor llegó a casa y su señora encontró en su saco un cabello rubio.”Con que andas con una rubia, ¿verdad? ¡Desgraciado!” Al día siguiente sacude el saco y sale un cabello negro y pasa lo mismo. Fastidiado, al siguiente día él mismo sacude el saco y no cae nada pero la esposa le responde “¡Ajá! Hasta con calvas!”.
El optimista aprovecha el fracaso para aprender, el pesimista simplemente se desanima y se lamenta, la diferencia es la actitud y la acción.
La sonrisa tiene ventajas de salud tanto físicas como sicológicas: relaja los nervios, irriga sangre al cerebro, es mejor para la digestión que una caja de pastillas, ejercita los pulmones y los músculos abdominales.
La alegría produce un gesto amable, un rostro simpático, condimenta las conversaciones, contribuye directamente a la felicidad, afianza la personalidad, donde reina la alegría está Dios, purifica el ambiente, nos ayuda a dominar la cólera, nos ayuda a olvidar las ofensas y a perdonar.
Recuerden que para enamorar a una dama lo primero que deben hacer es enseñarse a hacerla reír.
Facebook.com/ColumnaChangoonga
Changoonga.com no necesariamente adopta como suyos los choros, chorizos, morongas y chistorras publicados en ella y deja en sus respectivos padres (autores) la responsabilidad de todas las barrabasadas, debrayes y/o chaquetas mentales que aquí plasman, producto de las ardillas hiperactivas que habitan en sus macetas.