STAFF / @michangoonga / Rodrigo Castaneyra @liacastaneyra
A lo largo de todo este 12 de diciembre, sobre la calzada de San Diego miles de peregrinos se han dado cita para ver a la Morenitadel Tepeyac para dar gracias, pagar mandas, visitar el templo o simplemente divertirse con la variedad de opciones que hay en el lugar.
Mientras unos se divertían otras cumplían sus respectivas penitencias, llegando hasta el Santuario Guadalupano, descalzos, cargando a la Guadalupana, la mayoría personifícados de guares y guachos, incluso personificaban a sus hijos.
Con el rostro cansado reflejado en su andar, hincados, algunos vestidos a la usanza indígena, sobre todo las mujeres y los niños, con sus familiares ayudando al creyente a poner cobijas, cartones o mantas para que no se maltraten tanto sus rodillas, los guadalupanos ruegan por sus seres queridos enfermos, dan gracias por su trabajo o piden por la salud de un ser querido; como el caso de de esta persona, la cual venía acompañado por su esposa y otro familiar, quienes le acomodaban mantas en su andar mientras él pedía a Dios y a la Virgen de Guadalupe por su hijo que le acababan de detectar cáncer de pulmón y le estaban realizando sus quimioterapias para que se salve.
Algunos comerciantes comentan que no ha habido mucha venta durante estos días, esperando se normalice en las próximas horas, según compartían mientras esperaban que un cliente se les parara entre la marejada de personas.
Comprando cañas al grito de «Pásele, pásele… que pique no pique o regular», comiendo gorditas de nata, pizza, cacahuates, antojitos mexicanos, jugando lotería, echando reta en los futbolitos o subiéndose a los juegos mecánicos, los morelianos pasaron un día guadalupano en compañía de la familia
