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Tinta y rebeldía: un Morelia sin ton ni son

Escribe: Ar Mendoza

Con bombo y platillo el equipo de comunicación del edil moreliano, Alfonso Martínez Alcázar, publicaba una fotografía en sus redes sociales con el rey de España Felipe VI, en el marco de la Feria Internacional de Turismo que se desarrolló en Madrid, la semana pasada. 

La publicación destacaba la invitación del alcalde capitalino al monarca español para visitar la capital michoacana; la cual, por cierto, según datos de la Secretaría de Protección Ciudadana la ubica dentro de las 10 ciudades más peligrosas a nivel nacional, lo que genera cierta incertidumbre, ya que parece que el edil capitalino quiere sacar brillo a Morelia únicamente a través del bluff mediático y no en torno a resultados tangibles.

Sin embargo, la imagen no sólo nos lleva a preguntarnos la gran contradicción entre querer promover a Morelia como un paraíso turístico y ser una de las ciudades más peligrosas de México, sino que objeta totalmente con la gran hipocresía que se manejan ciertos sectores de la clase política.

Lo anterior, lo traigo a colación ya que en meses pasados Alfonso Martínez era un incansable defensor del Instituto Nacional Electoral (INE), destacando incluso, que seguiría alzando la voz en defensa de la democracia. Pero… las monarquías no son precisamente un fiel reflejo de la participación ciudadana; es decir, presumir una fotografía con el Rey Felipe VI debilita su discurso totalmente. Yo me pregunto ¿para qué sirve un reinado en la actualidad?.

El alcalde moreliano, ha entendido muy bien que las elecciones se ganan a través de la atracción mediática, por medio de reacciones, buenos comentarios y publicaciones que generen controversia para obtener un gran alcance. No es casualidad que paute tanto dinero en su promoción personal.

Morelia es una ciudad difícil de gobernar, en donde desde hace muchas administraciones no se ven resultados concretos. La constante inseguridad, la falta de inversión y su estancamiento en la década de los 90 en materia de infraestructura, son factores que han impedido el desarrollo de la capital michoacana. Sin embargo, varios alcaldes han entendido que el poco capital se concentra en la zona céntrica de la ciudad, por lo que es lo único que presumen incansablemente.

El talón de Aquiles del gobierno capitalino ha sido el incremento en los homicidios dolosos, algo que ha sido sumamente complicado combatir a pesar de su afán por querer hacer ver a la Policía de Morelia como una de las mejores del país, algo que sigue bajo la tesitura de lo mediático.

El subestimar a la ciudadanía es un truco que los gobiernos han usado desde hace mucho tiempo. No tiene por qué ser la excepción. Propaganda, engaños y mentiras para hacer parecer que Morelia brilla, cuando la realidad es que tenemos una capital sin ton ni son.

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