Cinemadude…Cenicienta

By: Héctor García Ramírez

En esta nueva versión, se mantienen los elementos característicos del cuento clásico: Cenicienta, joven buena, virtuosa y sufrida, vive en calidad de explotada con su madrastra y hermanastras quienes son crueles y envidiosas con ella. Pese a una serie de obstáculos y con ayuda de una fuerza sobrenatural, la protagonista acude a un baile donde encuentra a una persona que le cambiará la vida y recompensará sus pasados sufrimientos.

Aunque, en esta versión, la vida de Cenicienta no cambia únicamente debido a su bondad y buen corazón, pues vemos a una joven proactiva que aspira a convertirse en una importante diseñadora de ropa. La crueldad de la madrastra y hermanastras está diluida, si la comparamos con la versión de Disney. La relación con el príncipe no inicia el día del baile, sino que se conocen en los primeros veinte minutos de la película, por lo que tiene más sentido que lleguen a enamorarse -digo más sentido en términos de ficción cinematográfica, claro, pues, en la vida real, ¿quién se enamora de alguien después de verle tan solo tres días?-. Además, tenemos mensajes que tocan el ambientalismo, el feminismo, la sociedad patriarcal y las clases sociales. Y Bill Potter es el hada madrina.

Como puede verse, hay una buena cantidad de elementos que harían por lo menos refunfuñar a los acérrimos críticos del wokismo. Después de todo, tomaron un cuento clásico y lo transformaron en un vehículo para transmitir ideología progre ¡oh, the humanity!.

Pero pensemos en los cuentos clásicos para niños. Todos ellos tienen “mensaje”, todos ellos muestran cómo debemos comportarnos. Caperucita Roja, Hansel y Gretel se enfrentan a situaciones que los ponen en riesgo por no obedecer a sus padres. La vanidad y la envidia de la reina de Blancanieves origina todos lo malo que sucede en esa historia. Ricitos de oro es sobre respetar las cosas de los demás. Pedro y el lobo es acerca de que no debemos mentir. Cambiando de género, Frankenstein se puede leer como una crítica al cientificismo decimonónico y The Dark Knight sobre la sociedad posterior al 11 de septiembre y la lucha contra el terrorismo.

Cenicienta, por lo menos la versión de Disney, nos dice que la bondad y la abnegación eventualmente serán recompensadas. Y si escarbamos en el pasado, encontraremos varias versiones de este cuento, incluso alguna que se ubica en China durante el primer milenio de nuestra era. Estas variaciones incluyen a las hermanastras mutilándose los pies para poder calzar el zapato, pájaros sacándoles los ojos o incluso la ausencia del hada madrina. Así, cada versión cuenta la historia de la manera más adecuada para la época en la que surge, esto es, se tiempo en tiempo, el cuento se actualiza, adatándose al momento.

Así, actualmente, es difícil y francamente ingenuo a las niñas que, si son buenas, esto eventualmente será recompensado con aquello que anhelan porque la experiencia nos ha demostrado que esto no es así o al menos no para la gran mayoría de la población. Entonces tiene sentido todo el sentido del mundo que la nueva Cenicienta busque, por sus propios medios, obtener lo que desea, que se cuestione la institución matrimonial, las relaciones entre hombre y mujeres o que se tiren mensajes ambientalistas, pues son temas que se están discutiendo en este momento. En cincuenta años, el cuento habrá cambiado y en cien lo hará nuevamente.

Claro que no todas las películas tienen la obligación de plantear esta clase de temas, el arte no siempre debe ser conscientemente político. Pero no podemos resistirnos a que la ficción aborde los problemas que discuten públicamente, ello ha sucedido, sucede y sucederá, nos guste o no.