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#RepoGrafica ¡Juchari Uinapekua! ..Y Fue Prendido El Nuevo Fuego P’urhépecha 2020

Los hombres que están en la plaza, alrededor de la pirámide, se quitan los sombreros y comienzan a despedirse diciendo: "¡Duerme abuelito, duerme fueguito!". Las mujeres que están aún en la cima de la pirámide otorgan unas palabra de sabiduría al pueblo.

STAFF/ Colab. Esp. Eliza Flores

La noche del primero de febrero las comunidades p’urhépechas se reúnen frente al fuego para recibir el Año Nuevo. La celebración comienza unos días antes, este año comenzó en Cuanajo con la despedida y la caminata del Fuego Viejo, el cual fue transportado por los cargueros hasta Capacuaro, Michoacán.

Se caminaron más de ochenta kilómetros en dos días, pasando por doce pueblos. Cerca de doscientos peregrinos acompañaron al Fuego Viejo durante su trayectoria. El día 31 de enero en el lindero Quinceo-Capacuaro se llevó a cabo la ceremonia de recibimiento, los Cargueros y Representantes del Consejo Kurhíkuaeri K’uínchekua se reunieron para intercambiar palabras y darle la bienvenida al Abuelo Fuego y a sus acompañantes. El Consejo desde hace varios años ha determinado que durante las ceremonias importantes no se deberá hacer registro fotográfico o de vídeo por respeto a la identidad cultural que estas celebraciones representan.

Una vez terminada la ceremonia de recibimiento, los peregrinos comenzaron a caminar rumbo a su destino final, la Plaza de Capacuaro, en donde desde hace poco más de un mes se estuvo construyendo una pirámide de piedra para resguardar en su corazón «al Fueguito». El último tramo de la caminata se vive con mucha emoción y nada de cansancio, las personas llevan un paso veloz y en algunos momentos se echan a correr entre risas y carcajadas. Unos a otros se van animando para cumplir con su meta: caminar durante dos días acompañando al fuego. Antes de llegar a la plaza se hace de noche y los participantes comienzan a prender leños y ocotes para iluminar el camino.

Los caracoles comienzan a sonar anunciando el inicio del ritual, los cargueros entregan el fuego a cuatro mujeres, todas estas mujeres ya son madres, es un requisito indispensable para poder «cargar al fuego»; ellas proceden a subirlo a la pirámide, donde ya están cuatro abuelas esperando a recibirlo.

A las abuelas les cuesta un poco de trabajo cargarlo, el cansancio de sus años se nota a simple vista, pero una vez que entre las cuatro logran acomodarlo, comienzan a «arrullarlo», le cantan y lo mecen como si fuera un bebé.

Los hombres que están en la plaza, alrededor de la pirámide, se quitan los sombreros y comienzan a despedirse diciendo: «¡Duerme abuelito, duerme fueguito!». Las mujeres que están aún en la cima de la pirámide otorgan unas palabra de sabiduría al pueblo. Todo esto en p’urhépecha, principalmente *les recuerdan que las tradiciones de los ancestros deben resguardarse y protegerse.*Terminando el ritual se ofrece una gran cena para todos los participantes, se abren los espacios como escuela e iglesia, donde se instalan los campamentos para dormir.

Al día siguiente antes de las seis de la mañana los caracoles ya suenan de nuevo, es el aviso para salir a la montaña a la Ceremonia del Agua. Comienza la caminata con más de cien personas y con el paso por el pueblo se comienzan a unir más gente. Al llegar a la cima de la montaña comienza la ceremonia. Dan paso a los niños para que una vez que termina el ritual repartan el agua entre todos los asistentes. También se nombran nuevos cargos para el Fuego Nuevo y se hace una pequeña celebración entre mezcales, frutas y pan. Una banda comienza a tocar música, anunciando el descenso de la montaña. Todo el camino de regreso es una fiesta, «un torito» comienza a ser bailado por los jóvenes del pueblo y la gente se le une con mucho ánimo.

Al regreso al pueblo ya hay mucha más gente a la espera de las actividades culturales, se presenta un desfile de todas las comunidades asistentes, se hace un tianguis de trueque y comienza el torneo de Huarukua, el juego de pelota de la tradición p’urhépecha. Todas las personas se divierten y comen lo que se ofrece en el pueblo. La fiesta cultural se desarrolla durante todo el día, el escenario presenta infinidad de danzas folklóricas, hasta las 11:30 de la noche, momento en el que se anuncia el inicio del fuego nuevo.

El Fuego Nuevo comienza con cuatro hombres prendiendo la hoguera sobre la pirámide de piedra que se encuentra en la Plaza de Capacuaro, en pocos minutos están listos para dirigir unas palabras a los cuatro rumbos, cada uno toma un turno para hablar, piden bendiciones a los guardianes y sus ancestros, para ellos y para todos los presentes. Cuatro antorchas comienzan a bajar de la pirámide y los asistentes, quienes tienen un palo de ocote, reciben el fuego.

Todos los asistentes comparten el fuego unos con otros, y en un par de minutos toda la plaza del pueblo está iluminada con pequeñas antorchas; cuando todas las antorchas están encendidas, las personas se unen en el grito de ¡Juchari Uinapekua!, niños, ancianos, jóvenes y hasta extranjeros levantan su puño representando la fuerza del pueblo p’urhépecha.

 

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