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En Loco Tidiano… Víctimas de la procrastinación.

 

By: Rosío Morelos.

¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano?

¿A hacerte rico en loterías con un millón?

Mejor trabaja, ¡ya levántate temprano!

Con sueños de opio solo pierdes el camión.

Chava Flores.

 

Bien dice el dicho “ no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, aunque a algunos la frase puede resultarles hasta cierto punto “ñoña” y empatizan más con la de “no por mucho madrugar amanece más temprano”. De este último grupo de personas, algunos practican la procrastinación.

Procrastinar se define de acuerdo a la RAE como “aplazar o diferir”, aunque la explicación queda bastante corta. En la definición se omite que en realidad el proceso es una artimaña mental y diabólica que gusta de perjudicar al que la padece.

Los que tienen la costumbre de procrastinar sufren a menudo de un letargo que se va agudizando hasta que la autodestrucción resulta inminente. Es como si hubiera una voz dentro de la víctima (un pepe grillo maligno), que les va brindando pretextos que de momento parecen bastante lógicos y que los llevan a postergar sus obligaciones hasta que el daño está hecho.

Hay opiniones que incluso le dan un tinte autóctono al asunto, y aseguran que está en la naturaleza del mexicano el dejar las cosas para el final, razón por la cuál en general existe mucha informalidad en las entregas del trabajo.

Otros opinan que no hay víctimas y que éste fenómeno no es otra cosa que una descarada flojera, una profunda desidia y una lamentable desorganización de los individuos y que no hay disculpa para tal comportamiento.

Hay, sin embargo, muchas excusas que se vuelven alimento del que procrastina: “No hay prisa, es mejor tomar la responsabilidad en serio y meditar lo que se tiene que realizar en lugar de hacerlo rápido y mal hecho”; “Voy a documentarme con algunos videos antes de empezar (si algunos se salen del tema no importa, el esparcimiento es fundamental para acabar con el estrés, y todo el mundo sabe que sin estrés se trabaja mejor)”; “Soy una persona eficiente, rápida y capaz, el trabajo lo hago en una noche, mientras tanto voy a divertirme, me lo he ganado”; “Tengo la sensación de que me voy a enfermar, mejor descanso para reponer energías, si no me cuido no voy a poder terminar el trabajo después”; “En este momento no puedo realizar la entrega porque trabajo mucho mejor bajo presión”.

Pretextos para dejar de trabajar siempre van a sobrar, lo mejor será (y esto aplica solo para quienes tengan trabajo pendiente y se hayan comprometido a entregarlo) concentrarse y dejar de perder el tiempo (leyendo artículos sobre personas que pierden el tiempo) y ponerse a trabajar AHORA, (antes de que llegue “la soga al cuello)”.

Luz Rosío Morelos. Egresada de letras, distraída de oficio, afecta a no dar explicaciones.

 

 

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