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Michoacán, el culo de México

Por Elly Castillo

 

Si lo analizamos geográficamente, Michoacán y Jalisco forman el culo de México. Una cuestión de analogía humana meramente visto así: El Atlántico es nuestro frente  y el Pacífico nuestra espalda nacional; el norte es la cabeza y el sur las piernas.

Y hay espalda alta, espalda media, espalda baja, el culo y las extremidades inferiores – piernas-. En ese sentido, Jalisco y Michoacán está en la parte media, nomas que uno arribita y otro abajito: uno es la nalguita y el otro, el culo, y por sentido común, el primero es el que está arriba del segundo. Entre ellos esta la pequeña Colima, que vendría ser como una pequeña vejiga.

Y bajo esta guarra comparación entre un culo y una ubicación geográfica, quiero explicar una teoría que fundamenta el destino de Michoacán: todos sus problemas –sus pedos en el actual lenguaje coloquial- son, tronadores. Mucho. Harto.

Michoacán como cualquier estado de la república, tiene sus problemas. Es como aquella obvia pregunta: ¿Qué ser humano, por más rey o reina, noble de sangre azul, príncipe ó princesa, no se echa pedos?

Pues bien. En Tamaulipas hay asesinatos, narcobloqueos una semana sí y la otra también; en Chihuahua y el Estado de México tenemos toda una gama de crímenes que comienzan con la increíble historia de feminicidios  a granel sin ser resueltos; Veracruz se ha convertido en el lugar más peligroso del planeta (más que Afganistán) para ejercer el periodismo; Oaxaca, Chiapas y Guerrero tienen serios problemas de marginación y desigualdad. Y así Coahuila, y así Morelos, y así Sinaloa, que tienen sus propias cuitas.

En todos estos estados además, opera el crimen organizado como relatan los medios de comunicación: grupos regionales que se disputan el control de plazas, extorsión a  gente que trabaja honestamente, control de brechas y caminos, traslado y/o producción de droga, descabezados, colgados, masacrados, torturados  y todo ese catálogo de narcochingaderas.

Pero pareciera que lo que ocurre en Michoacán es de otro mundo. Si no hay clases, si hay marchas, si en tal pueblo pasó aquello, si los rumores, si dejó de pasar algo, si voló un pájaro y se cagó, diría un vecino.

Es cierto, en Michoacán hay situaciones sin iguales en el país, e incluso en el mundo. Esas no están a discusión y van desde los reconocimientos hacia cosas, costumbres, y ciudades de la ONU y la UNESCO como patrimonios de la humanidad; hasta las situaciones particulares de la Nueva Jerusalén, Cherán y los granadazos del 15 de septiembre del 2008.

Pero…  si usted vive en Michoacán, ¿se ha dado cuenta que cuánto interés le han puesto los medios nacionales a la Nueva Jerusalén? ¡Televisa hasta envió a su corresponsal de guerra estrella! Carlos Loret, quien daba cuenta de sus “hazañas periodísticas” en tierras de Papá Nabor entre sorna y seriedad.

Medios nacionales e internacionales se vuelcan sobre la Nueva Jerusalén y hacen de la comunidad un circo mediático, precisamente empezado en tiempos en que se venían las decisiones electorales definitorias.

Y así pasa si la policía federal anuncia que viene a Michoacán a combatir al crimen: fotos y videos de las unidades cual caravana romana; y si las paleterías “La Michoacana” decidieron cambiar su nombre por viles cuestiones de conveniencia comercial al considerar que el apelativo “ya estaba muy quemado; y si bodegas de Sabritas fueron incendiadas; y si estudiantes queman patrullas en el Centro de Morelia; y si la hermana del presidente se lanzó de candidata a gobernadora y dijo esto o aquello; y si el otro gobierno dejó la segunda deuda pública más grande de los 32 estados de la república, y si Monarcas Morelia es un “mugroso equipo” según Joserra ó un aficionado se mete a la cancha en pleno partido de la semifinal y sale libre pagando una multa de 34 pesos.

Reflexiono si estos pedos en verdad ¿son TAN grandes como lo parecen, como lo quieren hacer parecer?

En este sentido, lo único que sé es que los pedos de Michoacán  son estruendosos, de esos que hasta parecen ruido de motocicleta en arranque; y entonces  llaman la atención nacional y aseguran un segmento de al menos dos minutos en “Las Noticias por Adela”. Como si los pedos de Michoacán son un seguro éxito porque saben llamar la atención.

Pero como buen pedorro, Michoacán también se avienta sus pedos “silenciosos”, de esos que aseguran los que saben, son los más efectivos porque no se escuchan pero ¡cómo huelen!

Y así, nadie parece escuchar, pero tampoco oler pedos como las más de 500 personas desparecidas en Michoacán en este sexenio; el esclarecimiento de los granadazos del 15-S; el esclarecimiento del enriquecimiento ilegal y la posterior liberación de América Aguilar en la administración de Cárdenas Batel; el mismo tipo de esclarecimiento en el enriquecimiento –señalado pero velado- en diversos funcionarios de la administración de Leonel Godoy como Eloy Vargas y Humberto Suárez; los tres jóvenes del DF desparecidos en Paracho hace ya dos meses.

Curiosamente, siendo pedos más acedos y apestosos que varios de los “tronadores”, parece que se prefiere “aceptarlos y aguantarlos”, como si estuviéramos encerrado en un elevador sin posibilidad de poder salir.

Lo cierto es que Michoacán tiene muchos problemas intestinales, y de ahí tantos pedos. Al parecer, más que los demás, ó es que los otros los saben disimular un poco más.

O, tal vez por su ubicación geográfica, en verdad le toco la mala suerte de que sus pedos sean tronadores, aunque tal vez no sean tan hediondos como puede haber otros en comparación.

A lo mejor sí, y ni hablar. A alguien le tenía que tocar la tarea de servir como desahogo flatulento de este país, que todo en sí, de Tijuana a Merida y de reversa, llega a ser muy pedorro.

 Cosas que ahí están pero a nadie le interesan: Yo recuerdo cuando en el pronóstico del clima de las noticias de la mañana, no salía la mención para Morelia.

Truchas: Aunque Fausto y Peña Nieto son del mismo partido, las diferencias comparativas en el arranque de sus nuevas etapas como mandatarios, son muy notables. Empezando por los compromisos públicos de transparencia.

Twitter: @ellycastillo

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