Divergente (el informe de la CIDH)// By @Ruy_Carreno
Por Ruy Carreño
El informe rendido el pasado domingo por expertos independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), evidencia la falta de voluntad del gobierno mexicano, para el esclarecimiento de los hechos entorno al caso de desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
¿A quien le conviene ocultar la verdad? Luego de que dicho grupo de expertos, diera a conocer las deficiencias (falacias) en la investigación realizada por la Procuraduría General de la República, “el director de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Tomás Zerón de Lucio, dijo este lunes 7 de septiembre que esa información no abre una nueva investigación, seguimos sobre la misma” (Redacción. Animal Político, 07 de septiembre de 2015). ¿Por qué esa cerrazón? ¿Por qué ignorar un informe serio, de un grupo interdisciplinario, ajeno a cualquier interés político? ¿No les parece esto un absurdo?
El gobierno de Peña Nieto, es inconsecuente, mentiroso y vil, por un lado manifiesta: “me une a ellos (a los padres de los 43) el deseo de conocer la verdad de lo que ahí (Iguala), lamentablemente, haya ocurrido. Soy el primero en asumir el pleno interés, no sólo como presidente de la República, sino porque la sociedad mexicana demanda, y tiene razón, en saber, con verdad, qué fue lo que ahí ocurrió” (CNN. Lunes 07 de septiembre de 2015).
Tanto usted como yo, sabemos que el gobierno oculta información sobre el caso Ayotzinapa, y el principal motivo para hacerlo, es para encubrir impunemente la forma de participación de agentes del Estado; en lo que el Estatuto de Roma (artículo 7) denomina como “crimen de lesa humanidad”, como lo es la desaparición forzada de personas; un crimen repudiable, y por ello imprescriptible.
En la dogmática penal, se tiene a llamar verdad histórica, “aquella que procuramos obtener siempre que queremos asegurarnos de la realidad de ciertos acontecimientos, de ciertos hechos realizados en el tiempo y el espacio” (Mittermaier, Karl Joseph, Pruebas en Materia Criminal); ésta desde luego, está lejos de la falaz versión de la PGR. Hasta los expertos de Sicartsa, saben que para incinerar un cuerpo, es necesario un horno industrial capaz de alcanzar altas temperaturas de aproximadamente 870 a 980 °C.
Ante tales circunstancias, queridos lectores, debemos hacer de nuestro derecho humano a conocer la verdad, una exigencia; y buscar que se sancione a los autores, cómplices y encubridores del delito de desaparición forzada de personas; por ello, no coincidir con la tendenciosa investigación de PGR, es vital para la causa y la lucha de los padres de los 43:
¡Ayotzinapa Vive!
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