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Quinto Informe // By Fernando Juárez “El Sargento”

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Por Fernando Juárez “El Sargento”

Ya solo falta poquito más de un año para que el emperador de los Mexicas deje la silla presidencial y al parecer no hay muchas cosas buenas que se puedan decir al respecto de su gestión, más allá de los memes generados por los anuncios televisivos tan “ingeniosos”.

Viene a mi memoria el hecho que desde una muy temprana edad odiaba enardecidamente cuando se transmitía el informe de gobierno, y no era por mi amplio conocimiento político, era simplemente porque casi siempre interrumpían mis caricaturas y eso resultaba una desgracia de proporciones bíblicas.

Ahora que ya he envejecido y en teoría estoy caminando por los linderos de la “madurez” me doy cuenta que mi desinterés por el informe de gobierno no es mi culpa, es culpa de la manera en que lo presentan.

Se me ocurre que el emperador podría decir ciertas palabras cada determinado tiempo y habría que irlas apuntando, al finalizar la transmisión se abriría una línea para comunicarse y decir la frase o frases que se formaron, obviamente los ganadores recibirían un refrigerador o en su defecto una despensa.

Si todos los supuestos logros del preciso se vieran reflejados en la realidad, la gente estaría más al pendiente de las cosas y de la situación nacional, todos sabemos que lo que se presenta son cifras maquilladas y solamente casos de éxito, las notas malas, fallas y errores de la administración son olvidadas y mandadas al baúl de los recuerdos.

Y ni hablar de los informes de gobernadores, diputados y senadores, todos son la misma canción pero con diferente letra, algo así como el último disco de Maluma en colaboración con Alex “Vegano” Syntek.

Lo he dicho antes y lo vuelvo a repetir, vivimos de sueños y de engaños, esperando a que un gobernante llegue a ocupar la silla y cumpla todas las promesas, nos saque de la pobreza, nos quite lo prieto y nos regale una casa y un coche.

Lo temible es que la mayoría piensa que ese “Mesías” ya está entre nosotros y que por ignorancia no lo hemos apoyado, lo hemos dejado sufrir y lo hemos abandonado para que pague los pecados de los mexicanos.

No caigamos en el error de pensar que los problemas del país los solucionara un gobernante, los problemas los debemos de solucionar nosotros, haciendo pequeños actos que vayan inclinando la balanza del bien, que cada día es más ligera en nuestra tierra.

Actos desinteresados, bondadosos y cívicos que nos hagan darnos cuenta que no todo está perdido y que aún hay gente dispuesta a hacer las cosas por la derecha.

Por cierto, ya clasificamos para el mundial de Rusia 2018, somos el clásico niño que invitan a las fiestas para que compre los vasos y platos desechables, no puede faltar, pero sinceramente no es tan indispensable. Somos una nación “futbolera” sin ningún logro importante, deportistas “ya merito” y goleadores de llanero.

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