STAFF/ Margarita Arreola @Arreolamargui
*Daniel aseguró que por el momento su salud le impide ser repartidor de comida rápida.
Las fotos de Daniel Márquez Gerardo, como repartidor de Uber Eats en sillas de ruedas se viralizaron rápidamente, causando un gran revuelo en redes sociales; pero en entrevista el joven confiesa que no trabaja para dicha plataforma.
Dany, como sus amigos le llaman es un joven moreliano de 27 años, que nunca imaginó el impacto que generaría con sus fotos al usar el equipo de repartidor de Uber que su amigo le prestó, «nunca creí que se volverían virales, no trabajo para dicha empresa», externo vía telefónica.
La historia de Dany no empieza por las fotos virales, su vida no ha sido sencilla pues tan solo a los dos años por una negligencia médica perdió la movilidad de las extremidades; todo derivó de una espina que se ensartó en su pie izquierdo y para extirparla le pusiera la famosa inyección de la raquea y cuando despertó de la cirugía no volvió a caminar.
A pesar que se interpuso una denuncia por negligencia en la comisión estatal de derechos humanos (CEDH) no procedió por faltas de pruebas y el caso como muchos más quedó sin resolución.
Las imágenes que publicó fueron para motivar a las personas que como él tienen una discapacidad y no pueden conseguir empleo formal, pues aunque es egresado de la carrera en técnico en mantenimiento de equipo de cómputo del Conalep II, tener trabajo formal no ha sido nada sencillo.
Además señaló que ha tenido contacto alguno con la empresa de Uber sobre oferta de trabajo o algún tipo de apoyo, pero que si llegara a recibir alguna propuesta tendría que ser para laborar en oficina pues por sus condiciones de salud ahora no le permitirían ser repartidor de comida.
Aún con las dificultades que representar movilizarse por la ciudad, Daniel intenta llevar una vida normal e independiente, incluso usa el transporte público aunque a veces sea indignante tener que abordar las unidades sin que estas tengan ninguna rampa de acceso y lleve más tiempo y trabajo ascender y descender pero algunos de los cumbieros ya lo conocen y le ayudan a subir la silla que desarman previamente.
Por esta razón el joven en sus distintos trabajos que ha tenido como funcionario de gobierno y en tiendas departamentales ha luchado por hacer ver la necesidad de sensibilizar y educar para que haya espacio adecuados para las personas con discapacidad.
Actualmente el chico trabaja eventualmente en el estacionamiento del estadio Morelos, además de impulsar sus propios proyectos como su taller para reparar sillas de ruedas, venta de bolsas y carteras de piel, así como tocar la guitarra en la rondalla «ecos de amor».
Por el momento no puede estar en un trabajo al cien porque su estado de salud le requiere reposo y cuidados especiales, pero en cuento este mejor se dice listo para poner en marcha sus sueños.
