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En Michoacán, se ha reportado la desaparición de dos ciudadanos colombianos el pasdo 31 de diciembre con lo que suman ya
tres personas de esa nación Sudamericana que están en esa condición tras visitar la entidad.
En declaraciones a MVS, Juliette Córdoba Rojas, denunció el presunto secuestro de su esposo Arnoldo Celis, quien está en paradero desconocido junto con Jimmy Alejandro Rojas desde el 31 de diciembre. El caso fue denunciado ante la Procuraduría General de la República (PGR) el 6 de enero por sus esposas, tras recibir asesoría de la embajada de Colombia en México.
Ellos dos se suman a Alia Vanessa Uribe Calderón, desaparecida en Morelia desde el 28 de noviembre, quien vino a México a buscar mejor futuro para ella y sus dos hijos uno de 13 y otro de 3 años que viven en su país con su abuela, la mamá de ella, la señora Luz Dary Calderón, quien reveló la desaparición de su hija.
Vanessa, de 30 años de edad, se comunico con su mamá por última vez el pasado 28 de noviembre, a través del internet en horas de la noche y desde ese momento se perdió toda comunicación con la jóven.
Respecto al caso de los dos hombres, al parecer fueron secuestrados el último día de 2013, cuando las dos parejas y sus dos hijos paseaban por Morelia.
Una llamada de Arnoldo Celis a su mujer le permitió explicar que estaba en Uruapan, ciudad próxima a Morelia, adonde se trasladaron las mujeres en busca, sin fortuna, de sus esposos.
«Vinimos (a México) a pasear, de turistas», a comienzos de diciembre, dijo la mujer, quien añadió que tenían previsto permanecer en el país hasta mediados de enero. Inicialmente estuvieron en las playas de Cancún, en el Caribe mexicano, y luego en la capital del país. «Nuestro sueño era conocer la Virgen de Guadalupe, su catedral», indicó, pero después salieron de la capital y llegaron a Michoacán en busca de alguna zona con mejor clima.
La señora Córdoba Rojas señaló que ni ella ni sus compañeros sabían «en qué lugar estábamos» al llegar a Michoacán, un estado controlado por Los Caballeros Templarios, un grupo dedicado a la producción y el tráfico de drogas, pero también al secuestro y la extorsión, entre otros delitos.
No responsabilizó directamente a esa organización del secuestro de su pareja y su primo, pero narró cómo los captores le habían pedido que hiciera un ingreso de 10 mil pesos en una cuenta bancaria.
Aquel día alguien le pidió por teléfono que rompiera el recibo del pago, a lo que accedió. La mujer, quien recibió la última llamada de su esposo el pasado 8 de enero, dijo que abandonó Michoacán por temor y ahora está en la Ciudad de México, donde ha buscado apoyo de las autoridades de su país.
«La embajada de Colombia nos ha ayudado mucho (…) nos ha colaborado en todo lo legal» para que comenzaran las investigaciones. «Yo tenía miedo de denunciar», pero «ellos me animaron porque uno no se puede estar callado», dijo.
Finalmente explicó que este viaje a México lo organizaron hace dos años y lo costearon con lo que ganan en el negocio de comercio de ropa que regenta con su familia. Fuentes diplomáticas colombianas en México no ofrecieron información del caso y remitieron para cualquier dato del mismo al Ministerio de Relaciones Exteriores en Bogotá.
Con info de EFE
