STAFF/Sebastián López Mendoza-@sebaslmm
En punto de las 12 del día, en la Catedral de Morelia, se llevó a cabo una misa especial despedir al Papa Francisco, encabezada por el arzobispo Carlos Garfias Merlos y el arzobispo coadjutor, Monseñor José Armando Álvarez Cano.
El acto reunió a decenas de fieles que se dieron cita para rendir homenaje al pontífice argentino, fallecido recientemente, lo que resultó en una Catedral casi llena, reflejo de la gran cantidad de seguidores que tenía el Papa. Su legado marcó a la Iglesia por su estilo cercano, sencillo y por poner a los más pobres en el centro de su mensaje.
“Será recordado por su humildad, dedicación y su cálida sonrisa”, añadió el arzobispo Carlos Garfias.
Durante la misa, se colocó una fotografía enmarcada del Papa frente al Altar, en una celebración que estuvo marcada por momentos de reflexión y memoria hacia el Papa. Uno de ellos fue el que compartió el arzobispo Garfias.
“El Papa Francisco muere, pero nos deja una herencia profunda de humanidad, de fe y de servicio”.
En su mensaje, también destacó cómo el pontífice logró conectar con millones de personas alrededor del mundo, incluso más allá del ámbito religioso.
“A todos nos hace vibrar, nos hace aplaudir y nos hace que la experiencia se convierta en una experiencia profunda”, recordó el arzobispo.
Además, recordó la histórica visita del Papa a Morelia, destacando la emoción que mostró al estar cerca de la gente, aunque no tanto como él hubiera querido debido a las restricciones de seguridad.
«Recuerdo el 6 de abril, cuando el Papa visitó Morelia. Estaba claramente ansioso por acercarse a la gente, aunque no pudo hacerlo tanto como él quería, ya que las medidas de seguridad se lo impedían», comentó Garfias.
Monseñor Álvarez Cano, por su parte, estuvo a cargo de algunas de las partes litúrgicas de la celebración, como la eucaristía, participando de manera activa en la misa junto al arzobispo.
Entre cantos y oraciones, los asistentes se mantuvieron en un silencio casi total en toda la misa, prestando atención a cada una de las palabras de los arzobispos y siguiendo con respeto cada momento de la misma.
La ceremonia terminó con un ambiente de tristeza y nostalgia. Muchos se acercaron al Altar a tomar fotos, otros se fueron a un costado a ver pasar a los arzobispos, y algunos más se quedaron en sus lugares un rato más en silencio.
Así, Morelia se sumó al luto internacional por la muerte del Papa Francisco, recordando a un líder que, más allá de su rol religioso, dejó una huella de cercanía, humanidad y paz en las personas.
