Encuentran Cancerígenos En Café, Tribunales Urgen A Starbucks Advertir A Consumidores
STAFF/@michangoonga
Corría el año 2010, una organización sin fines de lucro levantó una demanda a distribuidores y minoristas de la rama cafetalera, incluidos Starbucks, por quebrantar la ley del estado de California que les obliga a prevenir a consumidores sobre los químicos utilizados en el proceso de tostado del grano de café, que pueden causar cáncer, como la acrilamida.
Los abogados de alrededor de 90 compañías confirmaron que la sustancia está presente en el proceso, pero que se encuentra en niveles muy bajos y que los beneficios que proporciona tomar una taza de café los supera. La acrilamida se crea cuando los granos de café se tuestan y la sustancia que es percibida como tóxica y cancerígena permanece en el café que se vende para consumo humano en lo que fue considerada una gran cantidad.
Starbucks y otros vendedores de café en el estado de California deberán incluir una advertencia de cáncer en sus productos ofrecidos a los clientes, así señaló el juez en una resolución que aún no es definitiva.
En 2016, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, organismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quitó el café de la lista de «posibles carcinógenos».
Las preocupaciones sobre los posibles peligros del café están a punto de desaparecer e incluso ha habido estudios que enuncian sus propiedades benéficas.
El café ha sido objeto de estudio durante varios años y entre sus beneficios para la salud se encuentran: la reducción del riesgo de muerte prematura, de enfermedades cardíacas, esclerosis múltiple, diabetes tipo 2, Alzheimer y cánceres como melanoma y de próstata.
Una revisión más a fondo de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer descubrió que consumir bebidas muy calientes era «probablemente cancerígeno para los humanos» debido al riesgo de quemaduras en el esófago; pero no se encontró relación con la acrilamida química.
Además del café, la acrilamida se puede encontrar en botanas y productos horneados como galletas saladas, pan y cereales para el desayuno, aceitunas negras enlatadas y jugo de ciruela, aunque no siempre se encuentra advertencia en los empaques.
