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Felipe, curado de espantos

Por Paul Alcántar

Virgencita plis
Virgencita plis

Foto: vanguardia.com.mx

 

Juzgar a un expresidente de México aún es impensable. El sueño de muchos mexicanos, de aquellos que quisieran ver tras las rejas a un ex mandatario, es lejano. ¿A quién de los lectores no le gustaría ver a Luis Echeverría en la cárcel por la matanza de Tlatelolco en 1968? ¿O al mismísimo villano favorito de todos, Carlos Salinas,  verlo procesado por algún asesinato político o por lavado de dinero durante su sexenio?

 

Para los antes mencionados resulta ya lejana esa posibilidad judicial, pero en las últimas semanas a Ernesto Zedillo no le ha ido muy bien en el panorama mediático. Al ex presidente se le acusa en Estados Unidos por omisiones ante el fatal ataque de Acteal Chiapas en 1997 por parte de un grupo de paramilitares, donde dejaron un total de 47 muertos y centenares de desplazados. Aquello parecía una verdadera guerra  entre indígenas tzotziles pero al parecer, el gobierno mexicano no hizo NADA para evitar la masacre. Se interpretaron hipótesis donde se confabulaba al mismo gobierno federal y estatal y hasta la fecha no hay nada claro.

 

Pero algo ocurre cuando un ex mandatario mexicano no sólo es considerado en la actualidad como uno de los grandes académicos de la Universidad de Yale, sino por la importancia de mantener una vacuna para evitar que los presidentes, al dejar el poder, puedan pisar los juzgados.

 

Y es que el gobierno de Felipe Calderón envió una petición al gobierno de Obama para evitar que Zedillo fuera juzgado por los crímenes que se le acusa. Cuando funcionarios estadounidenses pidieron al juez de aquél país que dejara de actuar contra Zedillo, muchos pensaron que era por iniciativa de ellos; pero viene la sorpresa de que es la misma secretaria de Relaciones Exteriores de México la que ruega que al exnpresidentes no se le toque.

 

Que no se le procese.

 

Esta acción de Calderón no sorprende cuando trae a cuestas la idea de que los cincuenta mil muertos de su guerra absurda contra el crimen organizado las perpetró siendo gobernante. Felipito no querrá la sorpresa dentro de cuatro o diez años de ser llamado ante cortes internacionales para responder lo que un grupo de académicos y activistas del país aún insisten.

 

Calderón se quiere curar de espantos para futuro, y salvar el pellejo de Zedillo es una voluntad más para que Peña Nieto entre triunfal  con una “oposición” que representa a una derecha nuevamente convenida a intercambiar favores. Por algo los gobernadores albiazules han encontrado en el copete más sexy de la televisión mexicana un gran aliado, aunque algunos de ellos ya dicen adiós este año.

 

Es una pena que a Zedillo no se le mande a rendir cuentas, independientemente de su posible inocencia. Haber actuado de esa manera, el sistema político nos sigue dando una señal más de estatismo y de inmunidad para quienes deben servirnos con responsabilidad.

 

Pero parece que aún estamos lejos de que aquello ocurra.

 

Chapulines

 

  1. El grito del presidente de México estuvo cargado de lásers color verde. Casi me lo dejan ciego.

 

Twitter: @paulalcantar

 

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