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La Cuarta Revolución… La Obstinación Del Presidente

Tocará a la historia juzgar la inacción del Presidente traducida en obstinación; lamentablemente para las familias de México los pronósticos no son nada buenos, estamos solos frente al tsunami económico que se avecina.

By: Manuel Ochoa 

 

El pasado Domingo el Presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo de frente la oportunidad histórica de dirigirse a los mexicanos como un Jefe de Estado y de Gobierno que entiende la grave realidad a la que nos estamos enfrentando, lamentablemente no fue así, vimos a un Presidente obstinado, pequeño, y ajeno a la realidad global.

La obstinación y terquedad del Presidente le fue muy útil en su vida política, a tal nivel que lo llevó a ser tres veces candidato a la Presidencia, incluso fundando su propio partido político. Dicha obstinación solamente ha resultado útil en campaña y no para gobernar, quien gobierna y lidera un país necesita ser flexible en sus ideas, entender que las circunstancias cambian continuamente, aceptar los errores y responsabilidades propias, y sobre todo saber cambiar cuando los métodos, políticas y acciones que no están funcionando.

En México los sexenios suelen terminarse antes de tiempo, la crisis económica que se agudizará por la inacción del gobierno en ofrecer políticas contracíclicas parece ser el fin político y económico del sexenio de Andrés Manuel. Los ingresos públicos caerán, el desempleo se incrementará, la economía decrecerá y la erosión social aumentará.

Estamos ante lo que será la recesión económica más rápida y profunda de los últimos 90 años, de esa magnitud es a lo que nos enfrentamos, y no podremos enfrentarla adecuadamente con las mismas políticas que desaceleraron la economía previo a la llegada del COVID19.

México es el único país de todo el continente americano que no estará implementando estímulos fiscales, apoyos directos a pequeñas y medianas empresas, o transferencias a trabajadores en riesgo de ser despedidos.

En el México diverso y el mundo global en que vivimos no se puede gobernar por sí, ante sí, y para sí. Existe una realidad que supera ideologías políticas y económicas que está poniendo en peligro el ingreso de millones de familias, y amenaza con destruir a la clase media, esa que el Presidente ha dejado en la indefensión por su incapacidad y falta de visión de unir a todos los sectores sociales, económicos y políticos en torno a un plan de acción común.

En el 2005, durante el discurso sobre su desafuero ante la Cámara de Diputados, el hoy Presidente expresó Ustedes me van a juzgar, pero no olviden que todavía falta que a ustedes y a mí nos juzgue la historia”, finalmente ha llegado ese momento histórico, en el que el candidato que buscó la Presidencia por 19 años, se encuentra perdido en sí mismo en medio de una crisis de proporciones históricas.

La obstinación, que significa el mantenimiento excesivamente firme de una idea, intención u opinión generalmente poco acertada, sin tener en cuenta otra posibilidad, está derrumbando en 18 meses el mejor proceso democrático de nuestra historia, una victoria llena de legitimidad, que parece desvanecerse ante los ojos del propio Presidente.

Tocará a la historia juzgar la inacción traducida en obstinación, lamentablemente separa las familias de México, los pronósticos no son nada buenos, estamos solos frente al tsunami económico que se avecina.

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