¡Ahí Viene El Toro! + 80 Toritos De Petate Divirtieron A Los Morelianos En El Centro
STAFF/ Alberto Infante-@JALRAIN1
Se realizó el mega desfile de Toritos de Petate en Morelia, un espectáculo que reunió a miles de personas durante las más de 3 horas que duro.
El Comisionado Municipal de Seguridad Ciudadana, Alejandro González Cussi, minutos antes de comenzar el evento, recalcó, para este medio de comunicación, que se trataba de un evento familiar y que el consumo de bebidas alcohólicas no estaba permitido.
«También tener cuidado con los objetos que se traigan, no deben ser objetos punzocortantes, estaremos muy pendientes… porque queremos que sea un ambiente de muchos niños y muchas familias» comentó.
Desde la mañana hasta después del medio día, la capital Michoacana se llenó de fiesta y no nos referimos a los bloqueos de transportistas en villas del Pedregal, si no a este magnánimo carnaval.
Alrededor de las 10:45 am, la calzada Fray Antonio de San Miguel, se encontraba abarrotada por cientos de personas que disfrutaban del sonido de las diferentes bandas y danzaban alrededor de los diferentes toros que iban llegando.
La avenida Madero estaba repleta desde Las Tarascas hasta la Catedral de Morelia, llena de espectadores listos para aventar confeti, cáscaras de huevos rellenos de harina, etc, a los bailarines que acompañaban a estos grandes especímenes.
Fueron más de 80 toros, vestidos con diferentes diseños, desde la mítica Pantera Rosa hasta la llamada «Santa Muertes» hicieron acto de presencia en el recorrido.
Entre los toros destacados, se pueden mencionar al «JR» de Punhuato, la «Sombra» del Centro, la vecindad de la «Chole» que fue la colonia, que más toros llevo con al menos 5 participaciones, al «Dueño de nada» de la colonia Industrial, proveniente de un lugar vecino «la perdición» de Tinijaro, sin faltar el toro «pachuco» que de tanta vuelta se andaba cayendo.
El calor intenso no fue motivo para que la fiesta continuara hasta las 2 de la tarde, cuando el «Pescadito» de Jesús del Monte, arribó al escenario a lado de la Catedral donde se aventaron sus mejores pasos.
Llevándose el cariño y el aplauso del público, así como kilos de harina y confeti, que los danzantes llevaban en su cabezas y vestuarios.
