USTAFF/ @lalocastanedalc
Quienes ronden la edad de los treintas la conocen como La Polaca, por un famoso y controversial programa en televisión abierta sobre política de principio de los años 2000, las nuevas generaciones la conocemos como la Congelada de Uva por los impactantes performance que la han hecho reconocida alrededor del mundo, como defecar en el Zócalo sobre una foto de Enrique Peña Nieto o sacar de su vagina una figura del niño Dios de su vagina en España; ella porta como nombre de pila Rocío Boliver, vino a nuestra ciudad para ofrecer una conferencia en la Universidad de Morelia donde develó sus motivaciones y argumentos para llevar a cabo su expresión artística.
Nacida en la Ciudad de México en 1956, hija del pintor Ángel Boliver, y de familia plagada de dotes artísticos, Rocío Boliver es una artista de performance que concentra su propuesta en la crítica a las cargas ideológicas represivas que viven las mujeres principalmente en México. Cuenta con una trayectoria en la televisión y el teatro mexicano.
A la edad de 11 años enferma de los riñones, orillándola a vivir en cama y hospitales por varios años, dejando sus estudios para más tarde convertirse en autodidacta de filosofía, en su juventud ser ‘hippie’, modelo, millonaria, conductora, escritora y finalmente dedicarse a la epojé (del griego ἐποχή «suspensión») o contemplación sin juicio como ella le llama, finalmente en los 90s inicia su incursión en el performance, después de una crisis originada por las constantes críticas a su trabajo y despido del programa La Polaca.
En 1992 inició su carrera de performance a partir de la lectura de sus textos de corte porno-erótico, desde entonces su obra se ha presentado en festivales de Europa, Asia, Norte y Sudamérica.
«En esta sociedad pasteuriza, prefiero provocar repugnancia, odio, rechazo, desconcierto, hartazgo, angustia, hostilidad, miedo… que seguir fomentando la asepsia mental.» mantiene como premisa en su página web la ‘performancera’.
«… que no nos gusta ni que deseamos ni que no deseamos, cada puto paso que damos esta perfectamente ya determinado. Y uno dice ¡No! no quiero dar ese puto paso y aquí me quedo y me muero de hambre, igual me quedo en la pinche cama, pero hay algo que no me deja tragarme el discurso del poder. Voy a luchar todos los putos días de mi vida para quererme un poquito más, por hacer lo que hago, por no hacer lo que me digan que tengo que hacer. No sé que doy, no tengo ni idea que doy, no se si quiera si doy a nadie, no sé por qué la gente va y me viene a ver, no sé, sólo tengo una gran honestidad en lo que hago y el arte es honestidad… si no hay honestidad en lo que hacen, lo que hagan vale mierda si quieren. No hay verdad, no hay entrega, no hay coraje, no hay corazón, no hay huevos. » expresa Rocío Boliver durante su ponencia.
Su proyecto más próximo contempla un taller sobre performance en la Universidad de Morelia a definir fechas en las siguientes semanas.
Respondió a cuestionamiento sobre el impacto de su performance dentro y fuera de redes sociales, exhortando a salir de la realidad ‘Disneylandizada’.
Presentó el video de uno de sus performance en España, donde como regalo saca de su vagina una figura de un Niño Dios.
PARTE 1
PARTE 2
