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Gracias A Denuncia En Facebook Contra Quien Intentó Violarla, Las Autoridades Reaccionaron

STAFF / @michangoonga

Ocurrió en Guanajuato: Lucero Salgado Palacios se negó a tener sexo con un conocido, lo cual le valió una golpiza del barbaján. La joven de 18 años decidió contar en Facebook la golpiza que sufrió de parte de parte del chavo que trato abusar de ella, y primero lo hizo en su círculo cerrado de amistades.

Explica que lo hizo “más que por denunciar, quería que mis amigas se dieran cuenta de que el problema es más grave de lo que piensan, porque no

La agredida / Facebook
La agredida / Facebook

le damos importancia si vemos un empujón entre novios y eso no es normal”, señala.

Y agrega la chica: “Decimos que sí y somos unas cualquiera. Decimos que no y nos intentan matar. Ésta es mi historia, la historia de un ‘no’. Un ‘no’ que casi me lleva a la muerte”.

A tres días de que su agresor comparezca en el Juzgado Oral, Lucero espera justicia. Su caso, uno entre miles, es seguido por cientos de personas a través de las redes sociales y medios de comunicación. “Lo que me pasó me ha dado una voz”, dice, y no la quiere desperdiciar.

Luego de comentarios, mensajes de solidaridad y, sobre todo, historias similares que numerosas jovencitas y mujeres le han narrado, la afectada dice que de ahora en adelante quiere ayudar a otras víctimas de violencia a denunciar, “pero plenamente informadas, que sepan los derechos que tienen, que no vayan solas y que las autoridades no las ignoren sólo porque no saben lo que tienen que hacer, hasta que se haga justicia”.

Los hechos se suscitaron la noche del miércoles 11 de septiembre, cuando  la joven salió de trabajar, pasaron por ella un amigo y el agresor, a quien identifica como un conocido al que le presentaron hace unas semanas. Los dos jóvenes le ofrecieron llevarla a su casa, pero después los planes cambiaron y le sugirieron irse por unas cervezas.

Pero Lucero se negó, fue en ese momento que Miguel Ángel Jasso se ofreció a llevarla a su casa, ella no dimensionó lo que estaba por suceder, accedió al ofrecimiento. En el camino el joven, también de 18 años, le sugirió tener relaciones sexuales, ella se negó y fue cuando él la llevó en su automóvil a un camino rural.

Recuerda que desde ese momento él se mantuvo en silencio mientras la amagaba al tiempoqie ella le pedía que la dejara libre. La llevó hasta el

poblado conocido como Ojo de Agua, en la Sierra de Santa Rosa, muy cerca de Dolores Hidalgo.

Luego la bajó del coche y comenzó a golpearla brutalmente, intentó asfixiarla y por más que ella gritaba y le suplicaba que se detuviera, él continuaba azotándola contra el piso y dándole puñetazos en la cara.

Y recuerda: “Su intensión en ese momento no fue ni de violarme, ni me tocó, no trató de quitarme la ropa, su intención era matarme, era un coraje con el que me daba golpes secos. Yo le empecé a gritar que me viera a los ojos, ve a tu mamá, ve a tu hermana, se detuvo un poco y yo pude meterle las uñas a los ojos”, narró.

Gracias a esa acción Lucero logró detener a su agresor y salvar su vida porque “llegó un grado en el que yo estaba a punto de perder el conocimiento”. Después el joven se subió al coche y la víctima aprovechó para correr entre las hierbas para esconderse. Dos minutos después él arrancó el automóvil y se fue.

Entonces  60 metros abajo –su agresor- se estrelló, “yo escuché el golpe, en el momento no reaccioné y yo espere como otros 15 minutos para ver

El agresor /Facebook
El agresor /Facebook

si no regresaba. Cuando me sentí más segura me fui al poblado de Ojo de Agua a pedir ayuda” contó la joven.

Los pobladores llamaron a la policía y así llegaron dos patrullas de la Dirección General de Seguridad Ciudadana y dos ambulancias; un policía la llevó al lugar del accidente y fue cuando se dio cuenta de que Miguel Ángel se había accidentado.

Entonces ambos fueron trasladados al Hospital General y ahí se encontraron. Lucero esperaba el arribo de un agente del Ministerio Público (MP), mientras Miguel Ángel era atendido por heridas sufridas tras el percance automovilístico. Ella lo identificó plenamente ante las autoridades ministeriales y el personal del hospital. Al sujeto se le tomaron fotografías y luego se retiró del nosocomio.

Tras lo cual la chica interpuso la denuncia penal y le ofrecieron llamarle en un par de días para realizar el peritaje psicológico. Acudió al MP cuando se cumplía una semana, porque nadie le llamaba y quería conocer el estado de la carpeta de investigación.

Refiere que los licenciados que estaban ahí “me dijeron que para qué me serviría a mí (la carpeta), que regresara con mi licenciado para que se la mostraran a él, que yo para qué la quería”, relata la joven a Apro.

Derivado de la apatía de las autoridades  compartió su testimonio en su muro de Facebook, que fue retomado por algunos de sus conocidos y posteriormente por medios locales. Sólo pasó un día de eso cuando recibió la llamada para que acudiera al Ministerio Público, a las ocho de la noche, a fin de que le practicaran el esperado peritaje.

Luego de una semana, mediante comunicado, la Procuraduría General de Justicia del estado anunció que había concluido las diligencias y que requirió al Juzgado Oral que citara al agresor a la audiencia de formulación de imputación, el próximo lunes 30 por la mañana.

Así, los días de espera le han dado a la joven de 18 años la posibilidad de adquirir plena conciencia de que es una sobreviviente de feminicidio, como ella lo definió el sábado 21, al acudir a la marcha por la erradicación de este delito en Guanajuato.

Refiere:“Guanajuato es una sociedad bien chiquita, retrógrada. Que se vea que una víctima denuncie lo que pasó y lo exponga es rarísimo. No es algo que haya pasado a una comunidad a muchos kilómetros de aquí, pasó en la ciudad y puede pasar con nuestras amigas, nuestras hermanas. Tenía un poco de miedo de lo que algunas personas iban a decir, que si era mi culpa, que por qué andaba con ese muchacho o a esas horas. Estaba segura de que habría dos o tres personas que pondrían este tipo de comentarios, pero me preparé mucho, tuve mucho apoyo de mis hermanas”.

Lucero conoce de primera mano a otras jóvenes que han sufrido algún tipo de violencia infligida por sus novios, “aunque sea un jalón”, y no dicen nada.

“Yo pensé: no debemos quedarnos calladas, no es que sea tu culpa o que es algo de lo que debes avergonzarte. Es lo que le pasa a muchas, reciben una bofetada y les da vergüenza decirlo, pero que no se dejen”.

*con info de Proceso / Zonafranca.mx

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