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Un informe del Congreso de los Estados Unidos reveló que el blanco principal del fiasco Rápido y Furioso era Joaquín El Chapo Guzmán Loera, por lo que las armas de alto poder llegaron a manos del Cártel de Sinaloa.
Además el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes identifica al operativo como “una estrategia para detener el flujo de armas ilegales de los Estados Unidos a los cárteles de las drogas mexicanos”.
Asimismo se sostiene que cinco funcionarios de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) fueron responsables de la comisión de “traspiés, malos juicios y de una estrategia inherentemente imprudente”.
Rápido y Furioso tenía una “meta audaz”: “intentaba desmantelar la red de tráfico de armas” que abastecía al cártel mexicano de Sinaloa.
Con información Notimex e imagen de Excélsior.
