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Soy Licenciada, vendo tacos… ¡¿Y QUÉ?!

Por La Eriz

Para los Vox, los Changoongos, Audiolab, Elsa Frambuesa, Bolsas CH, Daniz M, Los de Hidalgo, las Cazuelas, Escena, Vive la Foto y todos mis amigos que YA NO TIENEN MANOS DE LICENCIADO.

No hace mucho vi un reportaje sobre “La Reina de los Tacos de Guisado”, una señora que debido a su situación de desempleo, decidió empezar a vender tacos en el mercado para “sacar una lanita”. Después de cierto tiempo aumentó la venta hasta poder rentar un espacio, luego comprarlo y ahora la conocen como la embajadora de los tacos de guisado. Sus clientes (mecánicos, albañiles, estudiantes, vecinos) consideran que son los mejores. Sin duda una historia con final feliz hasta que el reportero cerró con la frase estúpida: “Y mira, es Licenciada…”

Estuve a punto de escupir mi trago de café para mentarle la madre al chaparro ese (obvio, yo también hablo con la televisión). No no no, no hablaban sobre la mala situación económica del país, ni se trataba sobre gente que estudia algo y se dedica a otra cosa, tampoco hacían un análisis sobre los licenciados taqueros. Evidentemente fue un sarcasmo. Entonces me indigno ¿Cómo se contradice una cosa con otra? ¿En qué hace la diferencia?  ¿Cómo diablos se atreve este wey “asalariado de m”#$%@da” (diría mi Azalia de Polanco) a criticar a una persona emprendedora?

Si bien la escuela es una de las mejores herramientas para defenderse, para conocer gente, desarrollar habilidades, tener cultura general, e te ce e te ce e te ce, ya no es garantía de trabajo. Pueden preguntarle hasta a los normalistas que cada año deben hacen paro y medio pa que no les quiten las plazas prometidas. Quien estudia para médico por su futuro asegurado, sabe también lo duro de hacerla sin especialidad o trabajando en una “farmacia simi” por $20 la consulta. Incluso los hijos de empresarios, herederos de fortunas o negocios hablan sobre lo difícil de los tiempos, la innovación, abrir nuevos campos, o buscarse una “chamba extra para alivianarse”. Y la neta, todos nos seguimos preguntando cómo diablos le hicieron nuestros papás para casarse, tener su casa, carro e hijos antes de los 30.

Por eso no cualquiera se arriesga a invertir, mucho menos a empezar desde abajo. Siempre será más cómodo llegar de empleado, aunque eso signifique trabajar para los caprichos de otro. Es que emprender significa chingarle, curtirte en eso de la frustración, pelear con clientes nefastísimos, vender mucho, no vender nada, aguantar esos sarcasmos de los compañeros de escuela, de las tías nefastas, de tus papás que creyeron darte la mejor educación y “no sirvió”, dejar tus ganas de cambiar el mundo para crear TU MUNDO, volverse creyente para rogar que todo siga tranquilo, sin que “nadie te moleste” ni te arrebate tu trabajado. Tener callos en las manos, en la mente, en las tripas y a veces en el corazón.

El autoempleo hoy es la opción, de eso estoy segura. No importa que vendas tacos (ejem ejem), abras una página web (jojojo), te agarres un taxi, hagas pulseras, chácharas, pasteles o chupes, vendas AVON o zapatos ANDREA. NADIE lo hace mejor que quien rompe las barreras y se atreve a algo diferente. Los “títulos de nobleza” salen sobrando y no te preocupes, la escuela sí te sirvió de algo: para aprender a hacer cuentas sin que te chinguen con el cambio.

Twitter: @LaEriz

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