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Con la finalidad de convencer de su intención genuina de gobernar “para servir a la sociedad”, el candidato del PRD a la alcaldía de Morelia, Raúl Morón Orozco, expresó que en el Senado de la República lo trataban “como príncipe”, privilegio que dejó para buscar “seguir sirviendo” desde la máxima silla de la Comuna moreliana.
“Miren, en el Senado lo tratan a uno como príncipe, pero mi interés es servir a la gente, de verdad, por eso estoy aquí, buscando la oportunidad de servir” expresó el perredista en un encuentro con empresarios de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
Morón Orozco perteneció al Senado de la República hasta el pasado 5 de marzo, fecha en que pidió licencia para “brincarle” a otro cargo de elección popular, como hizo un 80 por ciento de los legisladores federales y locales que dejaron su trato de “príncipes” para buscar una candidatura.
En el senado de la República, los legisladores federales que representan a las distintas entidades federativas, cuentan con prerrogativas en todos los ámbitos: recurso para gestorías, asesores que pagan a discreción; viajes; partidas extraparlamentarias, y hasta apoyo para vehículos, viáticos y sistemas de comunicación: celular e internet, todo, a costa del erario.
Los senadores federales de México tienen un salario bruto de alrededor de 170 mil pesos; son los mejor pagados del Continente con excepción de los chilenos, ganan más que sus pares estadounidenses y brasileños, y tienen más beneficios que los argentinos.
Por si fuera poco, a comparación del salario que se percibe en diferentes países, los mexicanos exceden notoriamente a los demás, pues perciben más de 136 veces el mínimo legal de su país, muy por encima de los 40.54 que gana un senador chileno.
Chile es, por cierto, el país cuyos legisladores perciben un mayor sueldo bruto, con más de 18 mil dólares mensuales. Le sigue México, con más de 17 mil, entre salario base, compensaciones y apoyos varios.
