La Olla Podrida: De platillo a descripción de Michoacán/ By @ellycastillo
Por Elly Castillo
La “Olla Podrida” es un platillo de origen español muy característico del pueblo de Ario de Rosales (donde mero nació el segundo Yisus, mejor conocido como El Buki) y forma parte del catálogo y los menús de comida tradicional michoacana.
Cuenta la leyenda –que me contaron- que la olla podrida nació del enojo de las mujeres de cierta comunidad que, enojadas por el maltrato de los machines que tenían como esposos, decidieron castigarlos encerrándose todas en la parroquia local sin haberles cocinado nada para su hambriento retorno tras las jornadas del campo.
Así, ante el férreo atrincheramiento de las mujeres, los maridos no tuvieron otra que ellos mismos intentar cocinar, a como Dios les diera entender. Fue así que cada uno se le comisionó para agarrar lo que tuviera en la cocina de su casa: cualquier tipo de animal o verdura comestible, estaría bien.
Fue entonces que, el raciocinio de aquellos brutos les permitió vaciar en una olla con agua hirviendo todo tipo de carnes: pollo, res, cordero; así como todo tipo de legumbres: pimientos, elotes, garbanzos, aluvias, zanahorias. Todo aquello que se encontraron en su despensa. Es decir, armaron un revoltijo, diríamos en estos tiempos.
Se dispusieron a comerlo pero antes, fueron a presumir su creación culinaria a sus orgullosas esposas que, al oler y ver la apariencia del platillo, decidieron que eso tenía aspecto de una “olla podrida” y de ahí pa’l real.
Pues bien, eso mismo se ha convertido Michoacán, sólo que en lugar de comida, estamos hablando de su realidad –real-.
Y los que vivimos aquí, de manera pacífica y trabajadora, lamentablemente sólo somos un ingrediente más de esta “Olla Podrida” al estilo Michoacán.
Somos ingredientes al igual que los narcos que matan policías. Al igual que los policías que son enviados a tierras que desconocen para ser matados por narcos que también son matados. Al igual que las autoridades municipales atadas de manos y que parece no sirven de nada más que para dar entrevistas y acudir a actos protocolarios. Al igual que las autoridades estatales que sólo se justifican con argumentos que les envía la federación que a su vez es otro especiero que vierte más ingredientes como lo son incertidumbre, falta de garantías, y puesta en marcha de una estrategia que sólo conoce quién sabe quién.
Todos esos ingredientes mezclados sin pudor, sin medición en la cantidad, aventados al fuego como van, muertes de inocentes y delincuentes por igual, está generando que esta “Olla” michoacana cada vez huela más a “Podrida” y nadie le baja a la lumbre, por el contrario, ésta sube y sube sin que tenga válvula de escape para soltar tantísimo vapor acumulado.
Por eso los ingredientes se empiezan a desbordar de esta Olla, misma que está a punto de reventar, como lo estuvo en 2008 y en 2010.
Entonces ¿quién es el chef que preparó esta Olla y la dejó ahí nomás porque sí?
¿Fueron Los Cárdenas y su cacicazgo político ancestral coludido con intereses empresariales?
¿Fue Felipe Calderón emprendiendo una guerra sin ton ni son que solamente elevó la temperatura pero no evitó que la podredumbre siguiera?
¿Fue el “viejo” PRI de los 80´s y 90´s que descuidó y dejó crecer los narcoasentamientos?
¿Fueron los 14 gobernadores que ha tenido Michoacán en sus últimos 50 años (uno cada 3 años 5 meses en promedio)?
¿Es Peña Nieto y sus nulas intenciones mostradas por recuperar auténticamente la gobernabilidad?
¿Todos ellos?
¿También los michoacanos que no hacen nada y se conforman bajo el síntoma de “mientras no me pase a mí…”?
¿Tú y yo que habitamos aquí?
Truchas:
Mientras el presidente Peña Nieto anuncia con toda formalidad y transparencia que se someterá a una cirugía y que estará provisionalmente fuera de circulación los próximos días, aquí nos quedamos con el estilo bananero de Fausto Vallejo quien, copiándole a Hugo Chávez, ha cerrado todo lo referente a su expediente clínico como si fueran parte de Los Expedientes Secretos X.
Cosas que ahí están pero a nadie le interesan:
El tremebundo juego de la desinformación. Antes eran sólo los medios de comunicación los que daban cifras confusas y contrarias entre sí. Ahora las autoridades federales evidenciaron también su descoordinación con el gobierno estatal, que primero confirmó que este miércoles sí hubo un ataque en Pichilinguillo, Aquila, con bajas incluidas, pero en la noche el gobierno federal a través del Consejo de Seguridad Nacional dijo que no hubo tal y que los 2 o 4 policías muertos que se manejaron no existieron porque esos formaron parte de la contabilidad del martes.
Para la noche, se suscitó un ¿raro? Intento de robo al centro de apuestas YAK al oriente de Morelia y mientras el gobierno estatal afirmaba que sólo se encontró una lata de gas que se quiso hacer explotar, el municipio afirmaba que se encontraron 8 bombas molotov, tres de ellas detonadas.
Así las cosas. Cada quién su verdad.
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