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¿En qué nos quedamos? // By @indiehalda

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Por Oscar Hernández

Después de año y medio, la cosquilla de tener una tribuna desde la cual quejarme se hizo insoportable, y no tengo más que palabras de agradecimiento al staff Changoonguero por permitirme retomar este espacio que es mío tanto como de ustedes, amables lectores.

El 1 de febrero del año pasado mi última colaboración hablaba del asesinato de una familia en Pinotepa, Oaxaca. 3 sicarios identificados como los autores materiales fueron aprehendidos una semana después de publicada mi columna. Poco o nada pude encontrar después de eso.

Y así nos hemos ido en estos últimos 18 meses: violencia que no para, ídolos manchados por la sospecha de actividades ilícitas, paraísos conquistados por la delincuencia, un país que cada vez cree menos y cada vez se pelea más: una guerra civil estéril en la que no solo nos matamos, nos insultamos.

Algunos ven en julio de 2018 la tan ansiada oportunidad de un cambio en la forma de un nuevo presidente. Los ánimos nos dicen que el PRI no repite ni yendo a bailar a Chalma, así que las cosas –al menos al día de hoy- parecen definirse entre un antinatural frente izquierda-derecha o la oportunidad tan ansiada por el dicotómico López Obrador.

¿Qué hacemos? ¿Damos por perdido el año y de paso el sexenio? el resto del mundo tampoco nos da muchos motivos para ser optimistas. Trump y su juego “Declaro la guerra en contra de mi peor enemigo que es…” despertó los deseos bélicos de la mitad del planeta, naciones, grupos extremistas y células terroristas por igual.

La impotencia de muchos radica en nuestra incapacidad de ser algo más que simples espectadores, ajenos a las decisiones del poder político, económico y de opinión: simples ciegos comandados por el rey tuerto.

Hoy miércoles 16 de agosto es el día 228 del año, quedando así 137 días más para que termine. ¿Qué quiere hacer con lo que resta del 2017? ¿Le alcanzará o sobrará el tiempo para lograrlo? ¿Qué le parece si ustedes y yo le mostramos al vecino, al jefe, a la pareja, de lo que somos capaces? ¿Qué tal si nos hacemos la promesa de cerrar el último tercio del año corriendo a tope?

En un mundo de granos de arena, la mesa está puesta para que seamos montañas.

¿En qué nos quedamos? Ah, si. En que debemos ser mejores, por nosotros, por los nuestros, por los que vienen detrás, por los que ya se fueron…

Bienvenidos a la bitácora de vuelo. Será un gusto volar con ustedes.

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