¿El crimen aumenta o se inventa? // By Camila Cienfuegos

Por Camila Cienfuegos (trashumante)

Ya había hablado anteriormente al respecto y según estudios científicos, se ha comprobado que en los medios de comunicación se puede generar una percepción de incremento en la criminalidad cuando en las estadísticas reales, los índices van a la baja…pero también el fenómeno se puede dar a la inversa: se puede percibir en los medios que las noticas sobre violencia son escasas aunque en la realidad sean enormes en cantidad.

…y pues sí, la criminalidad es un fenómeno de percepción, pero no una percepción como la que en su momento señaló el gobernador Silvano y ahora el nuevo comisario policial de Morelia, Luis Felipe González. Es una percepción producto de que el robo y asaltos han incrementado no solo porque habría cifras reales que desmienten lo dicho por el alcalde Alfonso Martínez, sino porque el modus operandi ha evolucionado hasta convertirnos en víctimas mientras uno desayuna, come o cena tacos en cualquier puesto formal o callejero. Lo mismo sucede cuando se viaja en combi. En ambos casos, patrones de conducta criminal no vistos años atrás ¿y qué me dicen de los asaltos que hacía gente disfrazada de payasos?

Igualmente es cierto que la criminalidad como percepción puede agrandarse a partir de experiencias propias o ajenas. Pero sea cual sea el caso, la percepción hace que la sociedad demande mayor eficacia contra el crimen. Caso contrario, un político que vive en un fraccionamiento privado, que viaja en suburban blindada y custodiada, difícilmente pensaría que la criminalidad está en aumento (¿Pero cómo es posible si a mí no me ha pasado nada?).

Coincido en que una cosa es el crimen real y otra cosa la llamada “percepción”, pero tampoco es posible comentarlo a la ligera; no mientras haya cifras contradictorias. La “percepción” es lo metodológicamente correcto pero políticamente incorrecto, y en este error no solo ha caído el gobernador Silvano Aureoles, también el nuevo comisario, Luis Felipe González, cuyo desatino político no le quita su sensata trayectoria que, dicho sea de paso, proviene desde la calle. Es más, su servidora lo llegó a ver en los cruceros conduciendo el tránsito. Su carrera policial es distinta a su antecesora, la afamada pero hueca Isabel Maldonado que, pese a sus buenas credenciales en materia académica, salió balín para combatir al crimen en Morelia. Una verdadera decepción que afortunadamente duró muy poco.

Pero la “percepción” aplica en todo, también en políticas públicas, así que mientras la gente no perciba mayor seguridad, el día de las elecciones esa “percepción” será la que decida en qué recuadro de la boleta se pondrá la cruz.

¡¡¡Excelente miércoles para todooooooooooooos!!!