Michoacán Deshumanizado/ by @gaaelico
Por Toño Aguilera
Desde la invención de las computadoras a fines del siglo XX, el área de tecnologías comunicacionales ha ido evolucionando de forma sorprendente. Cada día más personas se suman a diferentes páginas universales para estar conectado a través de la red, (ya sea Facebook, Twitter o Skipe, por ejemplo). Debido a que en nuestra sociedad ya es muy difícil estar al tanto de todo lo que pasa sin tener un computador, es la nueva forma de estar conectado e incluso de relacionarse con nuestros semejantes.
Con el paso de los años, la forma en que nos relacionamos y los avances en la comunicación, han ido cambiando de forma directa, han adoptado una forma de correlación, cada uno se adapta al otro. En muchos casos, las relaciones humanas han cambiado para mal, se hacen cada vez más frías, se rompen lazos.
El consumo masivo de información (no siempre real, veraz y objetiva) ha influido en que las noticias sean un elemento más del paisaje comunicacional, como si se tratara de un producto más de la estantería del super mercado, podemos elegirla o desecharla. Esta forma de comunicación está generando graves consecuencias en la interrelación con círculo social, sino que nos ha estratificado en nuestra relación a nivel país y con el mundo. Con estos estos elementos, ¿se puede llevar a cabo una relación limpia y estable a través de una pantalla? ¿Se puede seguir hablando de una relación cálida y humana?
El consumo excesivo, sin análisis y elementos críticos de información noticiosa, a través de los medios masivos, incide en que las relaciones cada vez son más cada vez más frías, ya que la mayoría de los contactos que tenemos que hacer los hacemos a través de los medios, desde desear un supuesto cálido saludo de cumpleaños o felicitar a alguien por un logro alcanzado, hasta hablar contingencias de nivel nacional, tema que en estos días ha sido muy visto. Claramente, se está evitando tener todo tipo de contacto físico, intentamos evadir las largas conversaciones cara a cara, para así evitar confrontaciones y trámites que nos puedan perjudicar.
Michoacán padece por estos días estos efectos. Por un lado, el manejo no siempre analítico y de investigación que se hace los sucesos que ocurren en Michoacán en los medios nacionales, siempre se magnifica y se hace alarde de un pequeño problema para transformarlo en un gran acontecimiento, trae como consecuencia que nuestra entidad esté calificada como foco rojo a escala nacional, como un lugar violento, inseguro y no apto para ser visitado o para recibir inversiones.
Pero en esto también mucho tenemos la culpa los periodistas locales: por un lado, muchos periodistas en estos momentos desempeñan labores de comunicación social en diferentes áreas del gobierno del PRI, y en la época de los gobiernos del PRD (ya hubiera sido por intereses políticos o por simple oposición ideológica y partidista) eran los principales promotores de las desgracias que padecía el estado, y ahora se quejan amargamente que se les aplique la misma medicina cuando son gobierno.
Por otro lado, los medios nacionales tienes métodos poco éticos de conseguir convenios publicitarios con las entidades federativas a fuerza de golpeteo y calumnia.
Todas estas estratagemas publicitarias de los medios han influido en la sociedad actual del estado y del país, para quienes la información de un estado problemático ahonda más en su rechazo a la realidad que padecemos. Por ende, surge la indiferencia, el desenfado, y hasta la complacencia cuando surgen noticias graves o que expongan una mala imagen de Michoacán.
Este proceso de deshumanización que vive el estado, ha vacunado a los ciudadanos con indiferencia en una sociedad marcada por altas tasas de violencia criminal. Las masacres a manos del crimen organizado pasaron del estupor, indignación y reclamos de investigación, a la indolencia, la indiferencia y hasta el morbo por consumir aquellos medios que publicaban la crudeza de esos sucesos noticiosos.
En sociedades marcadas por altos índices de violencia homicida, como en los últimos años ha padecido México, se genera una suerte de insensibilización hacia un hecho que nos debería causar estupor.
Traemos esto a colación debido al trágico accidente del jueves pasado en donde una pipa de doble remolque y sin frenos arrolló y mató a siete integrantes del magisterio democrático en la caseta de peaje de San Ángel Zurumucapio, en la autopista Morelia a Lázaro Cárdenas.
Dicha tragedia, de por sí terrible, se vio aderezada por comentarios de complacencia, de odio y hasta de gusto de muchas personas y (lamentablemente) de algunos pseudoperiodistas de que los profesores se habían ganado una muerte tan atroz.
Este odio y animadversión hacia este sector del magisterio tiene muchos elementos de fondo, y en cierta parte es responsabilidad de ellos mismos, sin embargo ese accidente en un lugar en donde con anterioridad ya han ocurrido incidente semejantes, mostró el alto grado de indolencia y deshumanización que tiene nuestra sociedad michoacana.
Ya que este accidente le pudo haber ocurrido a cualquier otra persona, sin embargo al tratarse de un grupo etiquetado por los medios como de enemigo de la sociedad, generó la algarabías de muchos sectores, que no sólo están engendrando una cultura reaccionaria y de odio, sino que están fomentando actitudes persecutorias contra ciertos grupos que disienten del mainstream.
Es una terrible noticia tanto la muerte de los profesores como el hecho de que en el proceso de deshumanización de la sociedad Michoacán se esté anidando el huevo de la serpiente que puede llevarnos al borde del abismo.
@gaaelico
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