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Historia del ingeniero que no era y el veneno que no curaba I

Por Alberto Luquín

Nacido en Hidalgo del Parral, Chihuahua, en 1979, actualmente es pasante de la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UMSNH y tiene estudios en Filosofía por la UAQ y diversos diplomados, talleres y seminarios auspiciados por el INBA, CONACULTA e instancias estatales queretanas. Freelance, se ocupa generalmente en proyectos de consultoría educativa y pensamiento crítico. Tiene obra publicada por el ITESMCQ  y Arte-Diem y ha participado en revistas filosóficas y literarias.
Nacido en Hidalgo del Parral, Chihuahua, en 1979, actualmente es pasante de la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UMSNH y tiene estudios en Filosofía por la UAQ y diversos diplomados, talleres y seminarios auspiciados por el INBA, CONACULTA e instancias estatales queretanas. Freelance, se ocupa generalmente en proyectos de consultoría educativa y pensamiento crítico. Tiene obra publicada por el ITESMCQ y Arte-Diem y ha participado en revistas filosóficas y literarias.

Pareciera que México es terreno fértil para los charlatanes. En nuestras universidades públicas se suele dar rienda suelta a la conspiranoia y a la seudociencia neomarxista. Peor aún, en el IPN se enseña homeopatía, en Chapingo enseñan acupuntura y en la UMSNH hay un diplomado anual en “par biomagnético”, terapia consistente en colocar imanes de refrigerador sobre la piel.

Buena parte del tiempo en radio y televisión se va en programas o segmentos de corte esotérico, apología de terapias alternativas y consejos de autoayuda disfrazados de religiosidad oriental. Nuestras fuerzas armadas insisten en usar “detectores moleculares”, abundan los grupos de cuarto y quinto paso de AA, Narconon ya hace de las suyas y la estafa piramidal de Herbalife se expande.

 En el gobierno, desde que Vicente Fox le dio publicidad a Santiago Pando y su caterva, el wishful thinking y el misticismo pop venden más que nunca. La izquierda tampoco parece estar mejor, secuestrada por conspiranoicos y luditas. Y los congresistas de izquierda y derecha pretenden legislar no desde el saber y la evidencia, sino desde la opinión y la creencia.

Jim Humble, por ejemplo, ha ganado una fortuna vendiendo blanqueador como si fuera medicina bajo la etiqueta MMS, Master Mineral Solution. Para evitar responder ante las autoridades estadounidenses, ha fundado la Iglesia de la Salud y la Sanación Génesis II (donde el consumo y difusión del susodicho limpiador son parte integral del corpus dogmático) y actualmente vive en México pretextando ser víctima de persecución.

Hace algunas semanas, Daniel Dreser (de Ateos y Librepensadores de Cuernavaca) corrió la voz sobre una página de Facebook dedicada a promocionar un producto llamado OxyTAM. Por lo visto, se trata de una estructura piramidal dedicada a vender “oxígeno líquido” en pequeños frascos goteros, algo simplemente imposible. Lo que los frascos contienen es en realidad peróxido de hidrógeno grado alimenticio al 3.5%.

La etiqueta “grado alimenticio” invoca al equívoco. No significa que pueda consumirse: es un bactericida que se pulveriza sobre el agua (donde hay que esperar a que se evapore) y alimentos que deben lavarse antes de ser ingeridos. En contacto con ojos y piel, provoca irritaciones pasajeras y su ingestión lleva a trastornos gastrointestinales de leves a letales.

Quienes promueven el producto en Internet no sólo aseguran que se trata de una panacea capaz de curar el SIDA y los cánceres más avanzados. También, y esto es lo más grave, aconsejan a los usuarios (sobre todo niños) abandonar terapias probadas que, si bien no son infalibles, tienen un porcentaje de efectividad mucho más alto tanto en la curación como en el sostenimiento de una calidad de vida aceptable para el paciente.

Debemos tomar en cuenta, por supuesto, que la medicina basada en evidencias no es milagrosa, porque los milagros no existen. Por más que lo deseemos, no todas las enfermedades pueden ser curadas. Muchos, en su desesperación ante lo que consideran lentitud o falta de resultados, más las víctimas de mala praxis, acuden a las terapias alternativas arriesgando su vida y la de sus seres queridos por acción u omisión.

Miembros de la comunidad escéptica latinoamericana (Carlos Sayyid, Papá Escéptico, Tito Salgado, Eduardo Hidalgo, Aryeh Capella, Rafael Salas, Javier Delgado, entre otros) han confrontado a Juan Manuel Lozano Gallegos, “inventor” y comercializador de este peligroso fraude. Uno de ellos, el bloguero Daniel Zepeda (Papá Escéptico), ha recibido como respuesta amenazas a su integridad y seguridad personal. De esto hablaremos la semana próxima.

Fuentes:

1. http://www.quackwatch.com/01QuackeryRelatedTopics/Cancer/oxygen.html

2. http://magufobusters.wordpress.com/2013/05/10/la-estafa-del-peroxido-de-hidrogeno-para-curar-el-cancer/

3. http://www.papaesceptico.com/2013/05/05/oxytam-funciona-oxigeno-liquido-o-es-un-engano-de-peroxido/

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