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El PRD y su pesadilla tabasqueña

Por Paul Alcántar

Ante la no sorpresiva salida oficial de López Obrador del PRD para consolidar su movimiento social en un proyecto partidista, hay quienes temen que la sagacidad política del tabasqueño ponga en peligro la posibilidad de que la izquierda  llegue al poder presidencial a mediano plazo. Y no es para menos, ya que personajes de alto calibre e incondicionales del Peje – y con gran capacidad de operación política- han renunciado al perredismo en los últimos días previos al consejo nacional de MORENA llevado a cabo la semana pasada; logrando dolores de cabeza a los dirigentes del Sol Azteca como Jesús Zambrano que aparenta minimizar las decisiones de sus ahora ex compañeros pero que sabe realmente el impacto profundo que significa la salida de AMLO y de sus compinches.

Los dieciséis años que Andrés Manuel contó para hacer crecer al PRD – desde la dirigencia del partido, pasando por la jefatura de gobierno del DF y ya como candidato presidencial- fueron suficientes para fortalecer las alianzas entre las tribus históricas enfrentadas desde 1989 por el control del partido –y por ende el presupuestal- y que posiblemente su salida creará una incertidumbre entre sus incondicionales  muchos en algún puesto popular, ya sea en las cámaras o en algún gobierno local, y quienes ya respiran aliviadamente por erradicar definitivamente su figura dentro del partido para entrar a un pragmatismo que consideran necesario para dialogar con el próximo presidente Enrique Peña Nieto; pero que aún carecen de la capacidad operativa para retener las simpatías multiplicadas en la figura indudable de López Obrador.

La gran pregunta de la dirigencia del PRD ante un escenario no claro con MORENA es ¿hasta dónde la salida de López Obrador les impactará negativamente? Mucho se habla de la gran desbandada que no sólo están sufriendo los amarillos, también el PT y Movimiento Ciudadano – partidos beneficiados del lopezobradorismo- sufren por la poca capacidad de retención entre sus cuadros y sobre todo por sus liderazgos jóvenes, que no ven a otro representante de la izquierda misma si no es por la figura creada hacia el Andrés Manuel.

Parece que la pelota queda en el aire y que el juego con el poder político dentro del partido estará del lado de Marcelo Ebrard, a quien se le perfila como un posible salvador del perredismo y de la alianza histórica que se tiene con los otros partidos de izquierda. Se le conoce al aún jefe de gobierno capitalino por su capacidad operativa para consolidar acuerdos y avanzar en su aspiración presidencial.

Por lo pronto Zambrano no duerme a gusto. Seguramente una pesadilla tabasqueña le quita el sueño.

Chapulines

  1. Imposible no pensar en la salud de Fausto Vallejo. Un gobernador con un aparente estado de salud en entredicho debe ser aclarado y puesto en la sobremesa de la discusión política ¿en verdad es Vallejo el que toma todas las decisiones para suestazo?

Twitter: @paulalcantar

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