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DAR CAMINO A LA SANTIDAD

Por Padre Pistolas

Por grandes que sean los problemas sociales o personales, no se soluciona nada con dejar caer los brazos y quejarse de la situación, el profeta Sofonías nos dice: “anímate Jerusalén, el Señor tu Dios está contigo, no bajes los brazos.”

Más de 2 terceras partes de los mexicanos padecen hambre y no se ve claro cómo se va a solucionar tan grave problema;  surge Juan Bautista el más grande profeta, con su figura barbada, con un saco de pelo de camello comiendo miel y saltamontes, bautizando en el rio Jordán dándonos una solución práctica e inmediata, le pregunta la gente común: “¿Nosotros qué hacemos?” y les contesta: » el que tenga dos túnicas que le de una al que no tiene ninguna y quien tenga comida que haga lo mismo».

De los funcionarios del gobierno:»no cobren más de lo establecido», a los policías: “no extorsionen (muerdan) a nadie, ni metan a la cárcel a nadie falsamente, confórmense con su salario» Dios es inmenso nosotros mensos porque nos ponemos toda clase de límites » no tengo tiempo los demás no hacen nada, todo mundo roba, etc.». Cuando el potencial para hacer obras buenas y caridades es infinito y la paz de Dios se sobrepone a toda situación difícil.

Desde la confesión de haberme robado un tostón con la figura de Cuauhtémoc, cuando hice mi primera comunión jamás me he vuelto a robar nada ni siquiera me ponía los calcetines de mis hermanos mayores y como me gustaría que todos los que leyeran estas letras hicieran lo mismo. Quien roba, un estéreo, burro, carro, o dinero, etc. se rebaja en su autoestima y conciencia a un valor menor que un estéreo, burro o carro, se hace vicio que cada vez puede ser mayor su monto y gravedad como pecado además aunque el confesor perdone queda la obligación de devolver el costo de lo robado al dañado o sus parientes.

Y lo más triste que tarde o temprano se hace público teniendo como consecuencia la pérdida de confianza de parte de amigos y familiares, por el contrario el ejercicio y costumbre de dar nos lleva a la verdadera amistad con Dios y con el prójimo y en camino de la verdadera santidad y felicidad, prueben y lo verán.

Que Dios los bendiga.

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