STAFF / Elly Castillo – @ellycastillo
Si hay algo emblemático de Michoacán, es su muy variada gastronomía, y dentro del riquísimo menú, sin duda que las carnitas y las corundas son dos de las figuras del repertorio culinario del estado, pero… uno no pensaría que combinarían ambos platillos.
Pero si uno anda en Pátzcuaro, ya sea viviendo, paseando o trabajando en fines de semana, caminando por la calle José Antonio Ponce de León, desembocando hacia la emblemática Plaza Tata Vasco, en la mera esquina de los portales se encuentra La Bartola, un puesto cuya oferta atrae poderosísimamente la mirada de cualquier glotón: ¡¿Corundas rellenas de carnitas?! ¿Habrá algo más michoacano que eso?
Lilia Velasco atiende el puestito que contiene una gran olla tamalera donde se dividen dos tipos de corundas rellenas: de rajas o de carnitas. En temporada de Cuaresma, la variedad se amplía con la de mole, y ¡¿de camarón?!
La señora Velasco explica que tanto las carnitas, que son hechas en Quiroga, y las corundas “son del día” pues se elaboran el mismo día que se ofertan, sábados y domingos de 10 a.m. a 7 p.m.
“La gente las ha recibido muy bien, ya tenemos tres años aquí, y viene gente de muchos lados, de Uruapan mucha gente viene e incluso compran para llevar, de Guanajuato, y sin problemas les llegan bien porque son hechas del día”, expone doña Lilia, quien reconoce que no son los únicos que las venden pues en Quiroga y al parecer en Tzintzuntzan también las ofertan, pero en Pátzcuaro son el único lugar.
Cada corunda tiene un costo de 25 pesos, y son un poco más grandes que el puño de una persona de tamaño promedio, con la opción de bañarlas en salsa roja de chile guajillo y crema, elementos que contribuyen a que la masa no sepa tan seca en su consistencia y acompañan muy bien el relleno de carnitas sazonadas:
