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#Morelia ¿Por Qué A Mí? La Historia De Óscar, El Niño Que Perdió Sus 2 Brazos Al Ser Atropellado Por Un Borracho

STAFF / Elly Castillo -@ellycastillo

A sus 11 años, Óscar se pregunta mientras convalece en una cama de hospital ¿Por qué? ¿Por qué le pasó a él? Y ahora ¿Cómo hará para estudiar Veterinaria? Al pequeño le gustan mucho los animales, suele preocuparse por ellos, y por su familia.

Óscar tiene una amplia sonrisa y de carácter hogareño, cooperativo, es el segundo de tres hermanos, y que de repente, de la nada, su vida se oscureció por unos instantes al verse desangrado, debatiéndose entre la vida y la muerte gracias a la imprudencia, a la irresponsabilidad de Leonardo N, quien estando ebrio se impactó con su Ibiza rojo, contra el puesto de tacos de carnitas ubicado en Av. Madero Poniente, a la altura de Jardínes de Sindurio. Se dice que había muchas latas de cerveza al interior del vehículo.

El pequeño, de manera trágicamente increíble, perdió sus dos brazos de forma instantánea, en el lugar del accidente, uno de ellos, el derecho, se le desprendió enseguida del impacto y salió volando ante la incrédula y horrorizada mirada de su tío José Manuel, quien se encontraba a dos metros de su sobrino cuando Leonardo lo arrolló de lleno al perder el control de su auto, y lo prensó contra la pared donde el niño estaba recargado esperando a que le sirvieran sus tacos.

Venían de recibir buenas noticias

Apenas iban a almorzar. La familia no había desayunado. Andrea, la mamá de Óscar, su tío José Manuel y él regresaban a su casa, ubicada en una ranchería llamada La Tuna Manza, pasando El Resumidero, allá por los rumbos de Cuto de la Esperanza, en la Morelia rural, tras haber acompañado al abuelo, don José, a una consulta médica donde les habían dado muy buenas noticias luego de una serie de complicaciones muy delicadas por la diabetes que padece.

Entonces el tío José Manuel, quien cuenta para Changoonga.com lo sucedido ese trágico día, comparte detalles, en medio de flashes mentales que dolorosamente se le vienen a la mente.

Con tristeza comparte que él sugirió ir a esos tacos porque querían «festejar» con carnitas las buenas nuevas del abuelo.

José Manuel en parte se siente culpable de la mala suerte de Óscar por ser quien escogió el lugar para comer. Y también se pregunta al aíre «¿Por qué a él? ¿Por qué a nosotros?». Precisamente él fue por unos refrescos a una tienda aledaña cuando se suscitó el accidente.

«Vi que el niño se nos desangraba, se nos moría, y quería golpear al conductor, se veía bien borracho, y se quería dar a la fuga, pero tuve que ir con el niño y entonces vi que también le faltaba el otro brazo, lo que se me ocurrió fue abrazarlo, apretarlo contra mí para tratar de que ya no perdiera más sangre…», relata con voz lacónica José Manuel al tiempo que rememora con una mirada perdida en el horizonte, los violentos instantes.

¿Por qué a él?

«Mi hermana -la mamá de Óscar- se le fue encima al conductor lo quería matar, la gente ayudó también para detenerlo, se veía perdido -de borracho- y entonces llegaron los de la ambulancia y ya se llevaron al niño» cuenta José Manuel, quien agradece la buena atención hospitalaria del Infantil que ha recibido su sobrino, al tiempo que asegura, que, hasta donde tiene conocimiento, Leonardo, el culpable de cambiar el destino de Óscar, no ha recibido algún beneficio y el proceso legal en su contra sigue corriendo, estando el preso.

Pero las tragedias no llegan solas. Los gastos emergentes se ha acumulado. Los vecinos han aportado lo que han podido, pero en casos así no hay dinero que alcance. Menos para una familia que vive al día cuyos integrantes se ganan la vida en la albañilería y sus ingresos se han visto interrumpidos al no poder ir a trabajar estos días.

Ambos papás de Óscar no se han separado de él ni por un instante. Y es que además, su casa se encuentra a hora y media del hospital, a pesar de que viven en Morelia, no es sencillo el acceso a su casa, por lo que su vida se ha trasladado al albergue de allá. De hecho José Manuel es su enlace, su mensajero para con los demás.

Dylan y Karla, de 3 y 12 años, preguntan por su hermano. A la mayor ya le explicaron la situación de que su hermano ha perdido ambos brazos. Y ella se hace la misma pregunta que todos ¿por qué? ¿Por qué a él?.

Él estaba más preocupado por nosotros

«Lo que más me sorprende es que el niño estaba más preocupado por nosotros que por él», cuenta José Manuel con una genuina expresión de sorpresa. Dice que no ha podido ver al pequeño pues sólo permiten el ingreso de los padres. Sin embargo por videollamada ha podido comunicarse con él y lo primero que quiso saber es si la familia estaba bien sobre todo el tío y el abuelo, pues perdió toda noción del accidente.

«Estaba muy preocupado por nosotros, pero ya vio que sí estábamos bien y se tranquilizó. Ahorita pues sí, se pone triste con lo de sus brazos, tiene otras heridas pero esas son menores comparadas a lo de los brazos. Nos pregunta que ¿por qué a él? Que ahora ¿Qué va a hacer? Y mi hermana también se entristece pero yo digo que le echemos ganas, que veamos como sacamos para al menos lo de una prótesis, eso es lo que nos urge, para que le eché ganas para que no se nos ponga triste» dice José Manuel con un tono de ánimo esperanzador en sus palabras.

Ante ello, compartió estas dos cuentas bancarias por si alguien quiere apoyarles, mientras que este medio de comunicación se ha comprometido a darle seguimiento al caso:

Andrea Pedraza Huerta, madre del pequeño y José Salud Pedraza Villafuerte, abuelo de Óscar

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