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En un caso que ha conmocionado a la opinión pública nacional, sucedido en Aguascalientes, una pareja de pervertidos cerdos de nombres María del Carmen Alvarado e Ignacio Lizcárraga Herrera, vecinos de la ciudad de Calvillo, atacaron sexualmente a tres niños, que resultaron ser sobrinos de ella, para “divertirse”.
El pedófilo sujeto no solamente violaba a los niños de 5, 9 y 11 años de edad ante la complacencia de la enferma mujer, sino que los ultrajaba con toda clase de objetos y todavía, por si fuera poco, su “entretenimiento” también consistía en obligarlos a verlos cuando ellos sostenían relaciones íntimas así como ver películas pornográficas.
La pareja fue detenida por agentes ministeriales y estuvieron arraigados, pero la Procuraduría de Justicia ya los consignó ante el juez mixto de primera instancia de la comunidad de Calvillo, acusados por los delitos de corrupción de menores y atentados al pudor, ambos considerados como graves en la legislación penal en Aguascalientes, por lo que no podrán salir libres bajo fianza.
La vida de los tres pequeños se convirtió en un infierno desde el año pasado, luego de la muerte de su madre, siendo que su papá los dejó al cuidado de su tía Carmen, que semanas después empezó a vivir con Ignacio.
Las vejaciones empezaron al obligarlos a que le tocaran sus partes nobles, pero tiempo después decidió violarlos, lo cual hizo con el consentimiento de la mujer, a la que no le importó que los niños fueran sus sobrinos.
Cuando los atacaba, cerraba la puerta principal del domicilio para que no pudieran salir a pedir ayuda, y los amenazaban con golpearlos o encerrarlos si le decían algo a alguien, ultrajándolos hasta tres veces por semana pese a que les imploraban que no les hicieran nada.
Sin embargo la pesadilla se descubrió cuando uno de los niños ultrajados le propuso a uno de sus primos, también menor de edad, que realizaran las prácticas que su tío les obligaba, el menor se asustó y le contó a su mamá, quien informó al padre de los hechos.
El padre los llevó con una trabajadora social del DIF de Calvillo, que habló con los menores y éstos le confirmaron las vejaciones de las que eran víctimas.
Tras denunciarlos, agentes de la Policía Ministerial detuvieron a los acusados en el Barrio de Chicago, y al ser cuestionados sobre los aberrantes hechos, María del Carmen e Ignacio primero los negaron, pero finalmente confesaron que atacaban a los menores para “divertirse” pues nunca pensaron que éstos fueran a decir algo ya que los tenían amenazados con golpearlos y encerrarlos.
*con información e imagen de lapoliciaca.com
