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Reflectores y Reflexiones

Por Viridiana López

Es periodista y ha trabajado en diversos medios escritos y electrónicos desde 1999.  Es especialista en Derecho de la  Información. Realiza investigación en  temas de Libertad de expresión y otros derechos de la personalidad en el ámbito de las TICs.
Es periodista y ha trabajado en diversos medios escritos y electrónicos desde 1999.
Es especialista en Derecho de la Información. Realiza investigación en temas de Libertad de expresión y otros derechos de la personalidad en el ámbito de las TICs.

Y la nota política de la conmemoración del CCIV aniversario del inicio de la guerra de independencia de México, se la llevó Silvano Aureoles Conejo. Al diputado michoacano se le vio contento, no cabía de emoción de acompañar al presidente de la República, Enrique Peña Nieto a disfrutar del tradicional desfile cívico-militar, desde el balcón presidencial.  Hasta el mandatario  federal se vio de mejor semblante la mañana del martes, y es que durante el grito la noche anterior, denotaba poca emoción, parecía como que algo le molestaba… ¿sería acaso el cateo a infantes para ingresar a la plancha del Zócalo?

En Michoacán en cambio, el gobernador Salvador Jara Guerrero, cristalizaba con profunda emoción el sueño de gritar “¡Viva México!”, -otros ya quisieran por lo menos una vez en su vida invocarlo desde el palacio de Gobierno-  frente a miles de michoacanos… en el rostro de Jara Guerrero se denotaba ese nervio de alegría, emoción y satisfacción… hacía años que un gobernador no transmitía esa emoción.

Lo más destacable de la noche del grito fue que por primera vez, (desde que el ex rector nicolaita ocupa el cargo de gobernador) los reflectores fueron enteritos para Jara, porque esta vez el comisionado, Alfredo Castillo Cervantes, se los dejó para él solito, así que quienes apostaban que Alfredo ayudaría a Salvador con la bandera, ¡tienen unas chelas que pagar!

Quienes también disfrutaron de las fiestas patrias, fueron los morelianos, porque parece que después de 6 años comienzan a recuperar la confianza para festejar en el centro histórico. En 2008, en Morelia ni los pájaros cantaban al amanecer, se respiraba dolor, y quienes reporteábamos no dábamos crédito a lo ocurrido la noche del 15 de septiembre.

Aquella noche ha quedado marcada en nuestra memoria, sin duda toda una experiencia de vida, pero también profesional. Ese hecho marcó el principio de una desatada violencia que no da tregua en Michoacán, y que venimos relatando día a día a través de diferentes medios, particularmente este suceso continúa sorprendiendo, otros ya son el pan nuestro.

Omar Quiyono, gracias por la crónica para recordarnos aquel día en la redacción de La Voz de Michoacán, un gran equipo de trabajo que logramos sacar adelante la edición en medio de nuestra conmoción…

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