STAFF / @michangoonga – Red113
Con los rostros preocupados, la mirada seria y algunos que prefieren traer su cara tapada por temor a represalias, armados con palos y piedras, están los pobladores de Nahuatzen, atrincherados, ante el miedo de una nueva irrupción de las autoridades estatales apoyadas por las fuerzas federales, refieren.
Los cinco elementos de la Secretaría de Seguridad Pública que la gente mantenía retenidos, a manera de protesta por la entrada de policías y militares la noche del pasado martes, ya fueron liberados, en una acción que para varios de los mismos pobladores no fue consensuada con toda la población, «ellos eran nuestra garantía de que fuéramos escuchados por el gobierno», «fue una pendejez dejarlos ir», » ahora sí nos van a venir a romper la m…’, eran varias de las voces al saber la noticia, en un «diálogo» que solamente existe en la voz oficial, pero que la comunidad no reconoce y exige «lo único que queremos es paz y que nos oigan, que el gobernador venga y atienda personalmente el problema», sugiere una mujer de la tercera edad que cierra su comentario al decir «nosotros solamente ya estamos cansados de que nos pisoteen».
En cada esquina del pueblo hay piedras, palos y muebles destrozados que sirven para improvisar los bloqueos. El corazón de Nahuatzen y cada vialidad importante, así como los accesos están blindados por su gente y por estos obstáculos.
En los encuentros con los habitantes, éstos al ver las cámaras, al percatarse de la presencia de los reporteros, nos detienen únicamente para solicitarnos «digan la verdad».
La autoridad estatal, por su parte, asevera que es un conflicto con intereses políticos detrás, incluso fuentes oficiales afirman que hay otro tipo de asuntos turbios, en contraste, muchos pobladores simplemente refieren «aquí no hay partidos políticos, es el pueblo el que no quiere a Miguel Prado Morales (edil municipal)», así lo manifiestan netamente desde personas mayores, jóvenes, mujeres y hombres.
La alcaldía, afirman las voces oficiales, está bajo el control ya de la autoridad estatal, no obstante este reportero pudo apreciar que no hay presencia de policías del estado ni de ninguna otra corporación, contrario a ello hay un numeroso grupo de pobladores con piedras y palos en mano en poder de la Presidencia Municipal, así como de dos patrullas, una con logos de Fuerza Ciudadana y otra de la Municipal.
La zozobra reina en la comunidad, que al trato directo solamente pide paz y no imposición, señalan. Un problema que sin duda se observa debe ser tratado con seriedad, pues no se entiende un empleo de la fuerza pública tan inesperado, cuando ya se había arduamente trabajado e incluso logrado una mesa de diálogo que al final «tronó».
