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Cuatro contra dos

Por Viridiana López

Es periodista y ha trabajado en diversos medios escritos y electrónicos desde 1999.  Es especialista en Derecho de la  Información. Realiza investigación en  temas de Libertad de expresión y otros derechos de la personalidad en el ámbito de las TICs.
Es periodista y ha trabajado en diversos medios escritos y electrónicos desde 1999.
Es especialista en Derecho de la Información. Realiza investigación en temas de Libertad de expresión y otros derechos de la personalidad en el ámbito de las TICs.

Qué indignante fue conocer la noticia de cuatro mexicanos que en Brasil abusaron de una mujer y golpearon a su marido. Qué indignante es saber que miles de infantes han sido abandonados y llegan a Estados Unidos tras el sueño americano y buscando a sus padres. Qué indignante es saber que en Michoacán la inseguridad está a la orden del día con asaltos, robos, asesinatos y enfrentamientos. Qué indignante es que no podamos confiar en la justicia ni en las instituciones del país y el estado.

En contraparte se pronuncian discursos que nos dicen todo lo contrario, como que ya no se aplica cobro por derecho de piso, o que la seguridad se recuperó.  Se habla de un Michoacán donde por arte de magia ya se arreglaron los problemas… nada más lejos de la realidad, y eso también indigna.

Michoacán está, para no variar, en la mira nacional e internacional. El viernes pasado fue detenido uno de los fundadores de los grupos de autodefensa, José Manuel Mireles Valverde. Alrededor de este hecho han surgido todo tipo de opiniones, desde aquellas que apoyan la detención hasta quienes la repudian y piden su liberación, junto con otras 70 personas aproximadamente más.

Independientemente de las posturas que asuma cada sector o persona, lo cierto es que se está gestionando un caudillo, que seguramente pasará a la historia de Michoacán y del país, como otros más que en su momento también fueron cuestionados, encarcelados, criticados y llegaron hasta ser presidente de México, se me ocurre en este momento el caso de Francisco I. Madero que enfrentó cargos de conato de rebelión y ultraje a las autoridades, porque llamó a  tomar las armas.

No quiero vaticinar que el caso del Dr. Mireles será semejante, pero quien lo acusa lo legitima, y quizá en el futuro haya una colonia, calle o escuela que lleve su nombre…. Y sus pecadillos serán perdonados y olvidados.

En una reunión con amigos, alguien preguntó ¿qué nos une como michoacanos con Mireles? Alguien respondió: la indignación.

Buenas noticias

En los últimos tiempos es difícil encontrar buenas noticias en el estado, afortunadamente las hay, y tenemos jóvenes que ganan olimpiadas del conocimiento, mundiales de robótica o investigadores que reciben reconocimientos por su labor, hechos que no están en los discursos políticos y que son reales.

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