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Separarte de tu pareja, también es cuestión de amor // By @Siibariita

Liz-Gómez-Despojo-De-Censuras_



Por Liz Gómez

El ser humano es un ser social, por consecuencia buscará estar en pareja para sentirse acompañado y compartir situaciones, momentos, experiencias que fortalezcan su identidad y a su vez crear nuevas circunstancias que los ayuden a crecer, madurar y fortificar su nivel de consciencia en pro del crecimiento personal.

Lo anterior se espera que sea el eje al iniciar una relación y se mantenga a lo largo de la misma, donde se pretende construir situaciones que los lleven a un futuro estable, donde ambos estén en el mismo camino cumpliendo metas creadas por los dos pero sin dejar de lado los objetivos personales, ya que se necesitan de ellos y del logro de los mismos, pues sin el crecimiento del otro no habría qué cosas admirarle, esas características que lo hacen atractivo/a ante los ojos de la pareja, es ahí donde radica la importancia de motivar, alentar y ayudar al éxito de nuestro compañero/a de vida.

La selección de la pareja es un trabajo difícil, más de lo que se puede imaginar. Sentir orgullo de quien está al lado es una sensación básica que se debe experimentar al decidir entrar en una relación. Se espera que cuando estés en ausencia de tu pareja está sea un digno representante de una parte de lo que eres, de lo que te identifica, que cuando estén juntos se proyecte seguridad, sin miedo a manifestar muestras de afecto o restricciones en el lenguaje.

Identificar lo anterior sin lugar a dudas es complicado, no basta con conocer a la persona en un par de días y decidir estar juntos, se requiere de invertir tiempo, deseo para conocerse y elegir estar, decisión que se toma en mutuo acuerdo, de igual manera, saber cuándo es necesario dar por terminada la relación también es una cuestión de tiempo. Uno de los problemas frecuentes que veo como psicóloga y psicoterapeuta es que se toman estas decisiones, tanto de estar y no, bajo las influencias del impulso emocional, es decir, sin pensarlo mucho menos analizarlo, situación grave para la estabilidad psíquica de ambos, ya que no se planea ni se ayuda a uno mismo ni al otro a irse de forma adecuada.

Lo primero que se hace cuando uno de los dos no quiere continuar con la relación es provocar situaciones ya sea de forma consciente o inconsciente para generar conflicto, esté implica molestia, angustia, hostilidad, ira, desesperación, entre otros, es un fantástico pretexto para dar por terminada la relación bajo la sensación de enojo y muchas veces sin dar espacio para una explicación, aunque esta implique honestidad y culpa.

Se esperaría que así como se decidió estar en pareja se decida y se llegue a un mutuo acuerdo de ya no estar, por consiguiente en muchos casos no tendría que ser repentino de un día a otro, sino que en su defecto exista un proceso de duelo entre los dos, es decir, ayudar a irse con tranquilidad, donde encuentren espacios para decirse lo que se agradece, lo que se debería mejorar a nivel personal y lo que se aprendió, estos tres aspectos implican un gran proceso de análisis, el cual, si se está enojado jamás se podrá realizar.

Esperar a irse porque se odia es una manifestación de inmadurez ya que se dejó trasgredir el amor propio y la dignidad, no se despidieron a tiempo y buscaron irse en conflicto, irse a través del caos es mucho más sencillo ya que siempre se encontraran pretextos que justifiquen la culpa, la angustia o el miedo que se tiene, que es manifestado frente a los que te rodean y esto te convierte en muchos casos en el centro de atención, que sencillo es delegar responsabilidades, así evidentemente se está evitando tocar con el dolor que implica el agradecer y desear el bienestar del otro. Soltar en amor implica irse porque se sabe que ya no hay nada más fructífero que se pueda dar en la relación, que aún hay afecto de por medio que ayudará reconocerse como personas valiosas que han cambiado la visión del camino que compartían, pero que eso no implica que son nocivas, sino solo diferentes, que sin duda existe el agradecimiento del tiempo obsequiado que jamás volverá y además fue tiempo invertido en el crecimiento de ciertos aspectos de la vida compartida, que en realidad se reconoce que es necesario terminar porque ya se agotaron todas las opciones para solucionar un conflicto y ya no hay un punto de acuerdo para negociar la vida en pareja, y leíste bien NEGOCIAR, se espera que siempre se encuentre el ganar-ganar pues no siempre las circunstancias darán para ceder por completo.

Si ves, soltar en amor implica un trabajo aún más complejo, más maduro, más consciente de lo que eres y de lo que fuiste, pues no olvides que tu pareja también te representó, soltar en amor duele y evidentemente duele más que irse bajo los influjos del enojo, pero duele porque te reconoces en virtudes y en defectos, porque te haces responsable de tus propios errores y sabes que eres parte del conflicto, y no solo responsabilizas al otro en su totalidad, duele porque parte de tus sueños, fantasías y metas que había en conjunto con tu pareja se desvanecen e implica volver a comenzar, es volver a reencontrarte contigo y jerarquizar lo que buscas en una pareja, es resolver y concientizar tus errores en beneficio propio y de quien este a tu lado en un futuro. Soltar en amor implica hacer de este un hábito y no una obligación; no hay que olvidar que crecer duele porque implica renunciar a placeres que te hacían sonreír pero no avanzar.

Nos vemos pronto con más palabras democráticas para el placer y la conciencia.


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