By: @michangoonga
En tiempos en que la cosa está de la chingada en Morelia, donde los ánimos y las esperanzas de sus habitantes andan muy de capa caída, lo vivido ayer domingo en el Centro Histórico con motivo del 473 cumpleaños de la ciudad que se cumplen cada 18 de mayo, simplemente es digno de registrarse en la memoria colectiva de sus habitantes, de los testigos presenciales.
En muchas otras partes del país seguramente dirán “¿y por eso se emocionan?” pues seguramente esto lo viven muy seguido, pero aquí, aquí no es así.
Y es que no es sencillo juntar a unas 60 mil personas en el Centro de Morelia -el mismo donde hace 5 años y medio “alguien” aventó granadas y mató a 8 personas- para ver a los ídolos cumbieros de Iztapalapa, Los Ángeles Azules, sin necesidad de tantos arcos detectores de metal y diversas medidas de seguridad que hacían a tod@s sospechosos en potencia.
Y mucho menos es simple que paralelamente a esa misma hora otros 20 mil morelianos se daban cita en la Expo Feria -la misma donde hace 4 años la entonces secretaria de Seguridad Pública apenas salvó la vida luego de recibir más de 2 mil impactos de bala- concentradas en el Teatro del Pueblo para presenciar a Alejandra Guzmán, es algo que sólo se había visto una vez en la historia social de la capital michoacana.
Fue hace casi 23 años, en 1991, cuando Morelia cumplía 450 años y la ciudad iba saliendo de la tensa calma que representó el nacimiento convulso del PRD en tierras michoacanas, Los Bukis tocaron en el centro como parte de los festejos de la capital del ate y el gaspacho. Las cifras de aquel entonces hablan de 100 a 150 mil asistentes, en lo que es considerado el concierto más exitoso de toda la historia moreliana.
Ayer pues, 23 años después, tuvimos el segundo concierto más grande en aforo en Morelia, justamente en medio de una batalla que libra el estado en contra de la mafia, en medio de una crisis de inseguridad, la más severa de la capital michoacana en su época contemporánea, con asaltos, extorsiones, robos, y asesinatos a todas horas, todos los días.
Así, en medio de todo ese contexto de violencia e incertidumbre, las y los morelianos salieron ayer a disfrutar de su ciudad como hace mucho, muchísimo tiempo, como hace 23 años si se quiere ser preciso, no lo hacían. Sin angustias de algún atentado, sin las molestias de pasar por accesos restringidos en calles llenas de vallas metálicas.
¿El costo del evento? 750 mil pesos, repartidos entre el Ayuntamiento con 300 mil, el Gobierno de Michoacán con 250 mil y el sector empresarial con 200 mil pesos.
750 mil pesos costó convocar a 60 mil morelianos de todas edades, colores y sabores, y ponerlos a bailar cumbia angelical en esas calles que son suyas, y no de los marchantes, manifestantes y bloqueadores que la mayoría del tiempo las tienen bajo su poder.
Algunos pensarán que es mucho dinero, “pan y circo” al pueblo. Otros no se detendrán a fijarse en los costos y quién los pagó, simplemente en su mente seguirán gozando del bailazo pues seguramente muchos de ellos tan sólo tienen 17 años, y no habían visto nada igual en su ciudad.
Pero esos 750 mil pesos no sólo “sirvieron” para traer al “grupo del momento” a tocar de a grapa a los habitantes de esta ciudad que a veces sigue pareciendo más un rancho. También está la “publicidad” implícita para Morelia.
La prensa nacional tomó nota del hit que resultó el evento y Los Ángeles Azules compartieron a través de sus redes sociales fotos de esa oleada de gente reunida en las bellas calles de cantera rosa, mandando un mensaje ‘subliminal’: que en la antes Valladolid, 60 mil personas que portan consigo etiqueta ‘dudosa’ ante el país por el mero hecho de ser morelian@s -michoacan@s- pueden convivir sin matarse, sin asaltarse, sin aventarse bombas, simple y sencillamente, porque los buenos ahora sí lo demostramos, somos los más… y tan sólo teníamos 23 años sin vivir nada parecido.
En tanto, otro objetivo cumplido para los verdaderos orquestadores de este éxito, el gobernador Fausto Vallejo y el secretario de Turismo, Roberto Monroy. Una de cal, por las muchas de arena…
Los mejores calificadores del evento, los propios asistentes:
