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Ignacio Soria Salgado es un jóven cuyo perfil en Instagram lo describe así mismo como un “ Moreliano de corazón, político por deformación, me gusta comer bien, el vino, las motos y el cine. México, D.F.”.
A Nacho, como le dicen de cariño sus amigos cercanos, le gusta presumir ciertos lujos con los que vive: exóticas comidas en restaurantes de lujo del DF, viajes en velero, a bordo de un Ferrari, y muchas selfies de él presumiendo su galanura, de gastar zapatos de diseñador en una fiesta, además de algunas junto al presidente Peña Nieto y altos funcionarios como Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong.
Esto no llamaría la atención más allá de un jóven que ostenta y presume sus privilegios económicos de no ser porque Ignacio Solares es además, un funcionario príista. Trabaja como enlace nacional de procesos electorales al interior del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) .
Ahora en las redes sociales Solares Delgado ha desatado cierta polémica por unas recientes fotos donde presume una nueva mascota: nada menos que una cachorro de puma.
Versiones en las redes sociales aseveran que el animal fue producto de un decomiso oficial y que el jóven político la tiene en su resguardo momentáneamente.
Las críticas se han centrado en diversos temas al respecto, en el hecho de que un animal exótico debe contar con permisos de la SecretarÍa de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) además de contar con un espacio adecuado para su desarrollo, sin embargo Ignacio presume su nueva adquisición como si fuese un animal doméstico.
El “Mirrey” es un personaje ostentoso en un país de desiguales, por ello es necesario derrocar al mirreynato y salvar al país de pasar de una nación de pobres a otra de pobres y viejos en el futuro, sostiene Ricardo Raphael, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
En su libro Mirreynato. La otra desigualdad, el analista describe caso por caso un nuevo fenómeno social: el de los hijos de los políticos o empresarios cuyas tres mil familias tienen ingresos de 84 mil pesos diarios, contra los 21 pesos que perciben diariamente más de tres millones y medio de familias más pobres.
