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Pierde dedo en fiesta y sigue bailando

STAFF/ @michangoonga

dedo fiesta

El sábado por la noche miles de personas llegaron a una fiesta en Croydon, Inglaterra. El problema fue que el lugar donde se hizo el rave (una oficina de correos del Correo Real) sólo tenia capacidad para recibir a unos cientos de personas, dejando a la mayoría de las personas que salían de la estación de tren parados afuera del lugar tomando cerveza y fumando mota o tratando de entrar a la fiesta por la fuerza. Pronto llegó la policía e intentó poner la situación bajo control, pero cuando fue bombardeada con basura se rindió y decidió quedarse a vigilar hasta que todos se hubieran ido.

Al día siguiente se informo que algunas personas fueron llevadas al hospital, ya sea por enfermedad o por heridas. Desgraciadamente una de las personas que internaron, Rio Andrew de 15 años, falleció el lunes. La policía sugirió que la causa de su muerte puede estar relacionada a las drogas.

Otro de los parranderos que se fueron del rave en ambulancia fue Josh, un chico de 16 años de edad, quien perdió la mayor parte de su dedo meñique esa noche.

Josh dijo: «Supe que iban a ir varias personas, entonces supuse que iba a estar bueno. Fue una buena noche, no voy a mentir. Me gustó cómo se puso pero no valió la pena toda la molestia de llegar ahí y esas cosas.»

Contó lo que pasó con su dedo: «Cerca de la una de la madrugada estábamos en el cuarto de música house, pero como en realidad no me gusta ese género, estaba esperando a que empezara el drum and bass. Tan pronto lo escuché, mi amigo y yo regresamos. Después de cinco minutos se encendió la alarma de incendios y todos estaban diciendo: ¡quítenla! ¡quítenla! Así que decidí intentarlo. Estaba completamente sobrio en ese momento. Salté, la agarré y mi dedo se quedó atorado en la caja porque estaba toda rota, y al bajar para arrancarla, mi dedo se desprendió por completo.»

Miró mi mano y ya no estaba el meñique, el hueso salía. «Es el sentimiento más extraño; un momento estás bien y tienes tu dedo y de pronto ya no está. Es como si te metieran la realidad por el culo. Me dolía tanto y estaba en shock que lo primero que me llegó a la cabeza fue el ritmo y el bajo de la música. El bajo era fuerte, entonces arranqué mi playera, envolví mi dedo con ella, la apreté lo más fuerte que pude y bailé como media hora. Lo que pensaba era: “Sólo llevo una hora aquí, pagué 10 euros, perdí mi meñique, ¿en serio me voy a ir? No, Bailaré hasta que no pueda más”. Después de eso, mi amigo me arrastró hacia los paramédicos.»

Su dedo se perdió entre la multitud. Después le contaron que una bola de mariguanos encontron su dedo chiquito y estaban jugando a atraparlo.

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