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Acusado de usar un lenguaje no apropiado (por decir groserías y “vulgaridades” así como términos misóginos), calumniar a jerarcas y compañeros sacerdotes, y promover remedios medicinales desde su púlpito, el sacerdote Alfredo Gallegos Lara mejor conocido como ”padre Pistolas”, párroco de Chucándiro, sigue sancionado e impedido de brindar sus servicios sacerdotales.
Así lo reiteró en comunicado la Arquidiócesis de Morelia mediante documento signado por el arzobispo Carlos Garfias quien de manera enérgica señala en el texto que el padre Pistolas ha desacatado su sanción para no oficiar ningún ritual católico, ya sea misas regulares, bodas, bautizos, etc.
En el comunicado se hace referencia a que Gallegos Lara no atendió dos amonestaciones previas y posteriormente desacató la sanción impuesta el 4 de septiembre pasado donde el arzobispo Garfías le comunicó la prohibición de ejercer su ministerio sacerdotal, en el cual tiene más de 30 años de trayectoria.
“Ha ejercicio con abierta desobediencia el ministerio sacerdotal sin hacer caso a la prohibición, tampoco ha corregido su vocabulario ni las ofensas y continúa con la promoción de sus remedios desde el Altar”,señala el comunicado fechado ayer 14 de diciembre con el número de expediente AG 214/22, al tiempo que invita a cualquier interesado a acercarse a la Arquidiócesis para conocer la situación del padre Pistolas.
Semanas atrás el propio sacerdote emitió un videomensaje pidiendo audiencia al arzobispo Garfías y en diferentes entrevistas con la prensa acusó “grilla” en su contra de parte de otros curas de la región por cuestiones de “envidias”.
Nacido en Guanajuato pero ya con varios años ejerciendo su sacerdocio en la jurisdicción de la Arquidiócesis de Morelia, el padre Pistolas se ha caracterizado por sostener diversas polémicas con los jerarcas religiosos por su estilo peculiar y su gusto por cantar música ranchera y portar una arma (de ahí su apodo),así como por verter críticas constantes a la clase política.
