STAFF/@michangoonga
Parece una noticia de la época de la Reforma: El proceso de nacionalización de la nueva Basílica de Guadalupe ha comenzado luego de que el gobierno federal recibió el aval de la Iglesia católica para llevar a cabo dicho acto.
Medios nacionales como Excélsior y La Silla Rota señalan que fuentes del Episcopado Mexicano, de la Arquidiócesis de México y del propio Cabildo de Guadalupe, así como de la Secretaría de la Función Pública confirmaron que no se interpondrá inconformidad para concretar el proceso.
El antecedente del inicio del proceso está registrado en el DOF y se publicó el 28 de octubre de 2015 la notificación a las partes interesadas del inicio del proceso para lo cual se les otorgó 15 días para presentar impugnaciones, en su caso. Como no las hubo, el proceso avanza de común acuerdo con el gobierno.
Inaugurado en octubre de 1976, el segundo recinto católico más visitado del mundo después del Vaticano, no estaba inscrito en el Registro Público de la Propiedad, pero tampoco la Iglesia podía reclamarlo como suyo.
Según la ley, los templos abiertos al culto antes de la reforma de 1992 deben pasar a manos del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales.
Con lo cual el Estado asumirá y el control de la propiedad, así como la administración del templo que resguarda la tilma de San Juan Diego, en la cual se encuentra plasmada la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Debido a que la Nueva Basílica de Guadalupe fue construida en 1979, antes de la mencionada reforma, no pudo ser inscrita en el Registro Público de la Propiedad.
De acuerdo con el mandato federal —y obedeciendo a la notificación publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 28 de octubre de 2015— referente a la Ley de Nacionalización de Bienes, ya ha comenzado el trámite de estatificación.
“Se notifica la nacionalización del inmueble denominado Templo Nueva Basílica de Guadalupe, Atrio y Anexos ubicado en Plaza de las Américas números 1 y 2, colonia Villa de Guadalupe, Delegación Gustavo A. Madero”, detalla el documento entregado las autoridades del recinto guadalupano explica claramente:
Por tal motivo, la nacionalización de la Nueva Basílica de Guadalupe sólo implicaría al edificio que comprende el Atrio, además de algunos “Anexos”, que no son especificados en el oficio.
No obstante, sólo se estaría nacionalizando la construcción. Aunque la administración pasaría a manos del Estado, todo lo referente a la liturgia continuaría bajo la tutela del Arzobispado Primado de México y de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
