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NO VOY // By @edi_changoonga

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Por Edi la Editorial

“México no querrá jugar a la guerra con nosotros” (D. Trump, discurso de campaña).

El presidente EPN sería igualmente criticado si fuera a Estados Unidos a dialogar con Donald Trump que, si no fuera, pero el último tuit del mandatario estadounidense, en el que señala que “si México no quiere pagar por el muro, será mejor cancelar la reunión”, es de suponer que el presidente mexicano ya no es bienvenido, que no tiene nada qué hacer allá, que le van a hacer jetas. A la hora de que se redactaba la presente editorial, EPN canceló su viaje.

En las primeras horas de su mandato, Trump ha comenzado a cristalizar sus promesas de campaña, ha comenzado a firmar decretos ejecutivos en clara señal de que va en serio ¿y nosotros? La bronca con nuestro país y gobierno, es que en el afán de buscar el diálogo en el norte, no se ha fijado una postura firme en torno a las nuevas políticas que los vecinos han comenzado a instaurar.

La causa de todos los males que le aquejan a Estados Unidos es igualmente proporcional a su injerencia en otras naciones. El presidente gabacho quisiera desquitarse con todos, pero, joder a naciones desarrolladas implica riesgos globales y hasta para su propia subsistencia, por lo que resulta más conveniente descargar toda frustración contra una nación emergente y que esté a la mano…y México le queda a todas margaritas para convertirnos en ejemplo mundial de lo que está dispuesto a hacerle a los demás.

Y aunque muchos no lo reconozcan, nuestra nación ha avanzado sólidamente en materia económica. De seguir siendo la República bananera, quizá los gringos preferirían apoyarnos económicamente para evitar tener a la jodidez como vecinos, pero lo que ahora buscan es frenar el crecimiento, porque este crecimiento es visto como un gollete por el presidente estadounidense, como un logro que se ha hecho a costillas de su país.

¿Realmente resulta práctico conservar el TLC? Si bien hay un engranaje trilateral signado por los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México, los negocios finalmente se realizan entre particulares, con reglas claras y jurídicas que, de ser quebrantadas, serían impugnables. Por ahora Trump amenaza y firma, pero hay que ver el comportamiento de los otros dos poderes en su país que podrían ser contrapeso a sus locuras.

En nuestro país la situación se torna complicada a punto de que personajes como AMLO reconocen que se debe respaldar al presidente mexicano.

¿Qué hacer?

En la próxima asamblea de las Nacionales Unidas se debe alzar la voz y se debe tiene que reforzar el bloque latinoamericano pese a las diferencias políticas.

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