STAFF/ Elly Castillo -@ellycastillo / César Hernández -@CesarHdzNoti
A Josué Rangel Díaz, director del Zoológico de Morelia, se le hace un nudo en la garganta al hablar de la muerte de Yupik, pero a su cuidador principal, Manuel Pérez, quien se encargó de ella por 16 años, no sólo le embarga la tristeza sino también el coraje, al ser cuestionados sobre los supuestos malos tratos y negligencias en la vida y muerte de la emblemática osa polar del parque Benito Juárez, donde el imponente animal vivió por 27 años hasta la mañana del pasado lunes cuando le explotó una aneurisma (una especie de arteria tapada) que le derivó en un paro cardíaco fulminante, a eso de las 11 de la mañana.
Ese pintaba para ser un día como muchos otros en la vida de Yupik, quien nació en Alaska y a los 3 meses quedó huérfana gracias a que mataron a su madre, en 1992. Yupik se despertó como todos los días a eso de las 7:30am, hora en que recibía su primera de 4 comidas diarias, sin embargo su ánimo no era el de diario, lo cual fue reportado por sus cuidadores y sus médicos, un equipo de 6 personas que diariamente monitoreaban a Yupik como a otros mamíferos del parque.
La cachorra fue parte de una generación de osos polares huérfanos a causa de la cacería furtiva y las exploraciones petroleras en el Polo Norte, por lo que las autoridades norteamericanas tuvieron que buscar zoológicos por todo el mundo que tuvieran condiciones adecuadas para albergarlos.
Una osa polar moreliana
Estudios zootecnistas especializados en la materia señalan que un oso polar puede adaptarse a climas de hasta 26° por lo que el Departamento de Pesca y Vida Salvaje de Estados Unidos, instancia encargada de la tutela de Yupik, prestó en especie de comodato a la osita de entonces 3 meses al zoológico moreliano, urgidos de encontrarle hogar pues los cachorros huérfanos eran muchos y las opciones de albergue pocas.
Y así, Yupik no sólo creció y se desarrolló bajo el clima moreliano, sino también se crio y se acostumbró a la gente que la recibió, que incluso la cargó en sus brazos recién llegada. Se hizo frutera y hasta algo verdulera, pues además de su ración de pescado, croquetas especiales y carnes rojas, a la alaskeña de nacimiento pero moreliana por adopción le encantaban las manzanas, las guayabas y los jitomates.
En entrevista para Changoonga.com el personal del Zoológico expuso su verdad, su versión de lo sucedido respecto de la muerte del animal, y respondieron a cuestionamientos, acusaciones e interrogantes que rondan el caso, lanzadas por activistas y organizaciones animalistas como la canadiense Zoocheck, que insistía en trasladar a Yupik a una especie de santuario de osos polares en Reino Unido, que en realidad dicen las autoridades del parque moreliano, es más bien un parque privado disfrazado en el que lucran con esta especie severamente afectada por el cambio climatológico.
Así pues, el director Rangel asegura, jura y perjura que no ha escondido información, Señala que los resultados finales de la necropsia serán dados a conocer en cuanto se tengan, unos 15 días, y serán no sólo avalados sino entregados por tres instancias: la UNAM, la Facultad de Veterinaria de la UMSNH, y un laboratorio privado especialista en biopsias animales, para despejar duda alguna y certificar el primer dictamen que fue realizado por tres especialistas patólogos locales con participación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que señaló que la causa fue la ruptura de la arteria aorta, que provocó hemorragia interna y por consecuencia, una muerte inevitable.
Para enfatizar que el proceso del manejo de la muerte de Yupik ha sido en todo momento apegado a legalidad, expuso que en la realización de la necropsia participaron patólogos externos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), el Instituto Mexicano de Fauna Silvestre y la Universidad Autónoma de Querétaro.
“Ninguna de esas instituciones involucradas se iba a prestar a algo que estuviera mal, porque estamos bajo la vigilancia de muchas instancias” refiere el funcionario quien a pregunta expresa, comparte que la muerte de la osa en parte le ha dolido mucho a él porque le recuerda a un familiar suyo muy querido del cual no pudo despedirse al momento de partir de este mundo: su abuela.
Y confiesa, el director Rangel, que sí se arrepiente de algo respecto de la osa: No haber tenido la sesión de fotos que le deseaba tomar en su hábitat cotidiano del Zoológico, porque aunque procuraba “saludarla” seguido, en los últimos días las ocupaciones lo habían sustraído, y los saludos se habían vuelto más esporádicos. No obstante, los reportes de su salud, eran diarios, al igual que se hace con los 2 mil 500 ejemplares de las 400 especies que habitan el Zoo de Morelia.
De hecho la muerte de Yupik lo agarró de camino a un congreso nacional de organizaciones de manejo de animales en Zacatecas, por lo que tuvo que regresarse para atender el caso.
“Fue algo imposible de verse venir. La falla cardíaca que presentó era muy complicada de detectarse. Nunca presentó signos de malestar, de declive en su estado, fue algo inesperado. Ella pesaba 230 kilos al momento de su muerte, estaba bien, estaba en su peso, en su complexión adecuada”, reitera.
-¿Se dice que Yupik murió antes, el jueves, y que hasta el lunes se dio a conocer?
-”Yupik falleció el lunes por la mañana. Alrededor de las 9am. Para las 11 am estábamos certificando su deceso”
-¿Es cierto que contaba con un seguro de vida?
-”No es cierto, no hay tal ”
-¿Era propiedad del gobierno de Estados Unidos?
