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#Morelia Renta De Sillas, Perros A Caballo Y Fans De Silvano, El Color Del Desfile

STAFF/Alejandro Amado-@Letravierta 

Aunque hay quien de plano no sabe qué se conmemora y lanza gritos de “¡Viva la Revolución!” en medio de la algarabía, cientos de morelianos se dieron cita desde Las Tarascas hasta el IMSS Madero para ver los contingentes cívico militares en los que participaron 6 mil 204 personas, principalmente estudiantes pero también funcionarios, fuerzas de seguridad y charros, que en esta ocasión no tuvieron broncas con los policías como ocurrió hace un año cuando se armó la de Dios padre entre jinetes y antimotines, sólo se cayó un jinete del caballo, sin mayores consecuencias.

Del recorrido que pudimos dar desde antes que iniciaría el desfile, pudimos constatar la renta de sillas cientos de sillas, entre 25 y 40 pesos estaban los lugares, dependiendo la zona. Por ocupar una silla acojinada sobre la banqueta afuera de un bar ubicado en los portales el costo era de 40 pesos, en tanto que las que se ubicaban a la altura del Templo la Merced, igualmente sobre la acera, tenían un costo.

Si no querías rentar una silla, también había bancos de plástico en venta “¡De a 50 o 2 x 100!”, los ofertaba el comerciante para el poco avezado que no se daba cuenta que no había descuento alguno en lo que parecía una oferta. Eso sí, había distintos colores a elegir.

Banderas desde 20 pesos, papas desde 15 pesos, al igual que los churros azucarados o las aguas frescas. Toda clase de mercachifles desde 10 pesos alusivos al mes patrio vendían ambulantes en los alrededores del desfile que había arrancado poco después de las 10:30 y cuyo primer contingente, el del Instituto Tecnológico de Morelia (ITM), pasó frente a Palacio de Gobierno unos 10 minutos antes de las 11:00 de la mañana.

Adentro de Palacio de Gobierno no había que preocuparse por las sillas, pues si bien en el balcón no había, en los pasillos había mesas con tentempiés y bebidas exclusivas para funcionarios y sus familiares, todo con servicio de meseros. Y mientras el personal de Protocolo y los de Comunicación Social estaban más ocupados en mantener a raya a los reporteros gráficos, el secretario de Desarrollo Económico, Jesús Melgoza Velázquez, le pedía una imagen a su fotógrafa la cual accionó en repetidas ocasiones el flash sin importar el daño que este genera a los murales. Al fin son funcionarios y ni a Protocolo ni a Comunicación les interesan los murales.

De vuelta en la calle pasaban los últimos contingentes militares después de la espera de media hora para tomar una foto desde el balcón del Palacio. “Mira, ahí van nuestros impuestos”, le dice un espectador del desfile a su compadre cuando pasaron vehículos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), unos con bazucas y otros con equipo táctico. Luego venían los policletos y los vehículos marinos de la SSP.

Los más ovacionados del desfile fueron los contingentes de a caballo, los cuales ocuparon el último tramo del desfile, desde instituciones de seguridad hasta asociaciones civiles relacionadas a la charrería y caballos pura sangre, fueron 24 escaramuzas y 379 jinetes… Bueno, 380 contando el perro que iba en las ancas de uno de esos caballos, a espaldas de un jinete.

El desfile duró una hora y quince minutos, concluyendo a la altura del Palacio de Gobierno minutos después del mediodía, en donde una vez que se abrió la avenida Madero al tránsito a pie, las fans de Silvano aprovecharon para mandarle besos y desgañitarse en gritos para el gobernador.

 

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