STAFF/Laura Avalos-@MLAvalos23
En una de los pasillos principales del panteón municipal de la capital michoacana y entre tantas tumbas destaca una por su llamativa decoración, la de Don Chucho, fundador de la cadena de negocios de comida «La Cueva de Chucho», aquel lugar donde todos los morelianos han llegado alguna vez trasnochados a cenar, comprar boletos o comer burritos.
Entre unos mini postes de cantera y rodeado con cadenas, se encuentra un tradicional carrito de tacos al pastor que lleva un trompo de cempasúchil y una piña sobre él, y arriba de ellos se lee «La Cueva de Chucho» y detrás de encuentra escrito con letras cursivas «Don Chucho.
Al lado de este puesto, se muestra el menú que maneja actualmente la cadena de restaurantes donde se presume que ofrecen medula, lengua, criadillas, carne asada, quesadillas y café.
Entre el paso rápido de quienes de último momento adornarán la tumba de sus seres queridos y quiénes ocuparon su día de descanso para visitar este cementerio, esta tumba es admirada por la creatividad de su ofrenda.
Una historia similar se repite detrás de esta ofrenda, dónde recuerdan a una abuelita con su máquina tortillera y un letrero de «Tacos y Jugos La Burbuja» adornado con papel picado sobre una tumba repleta de cempasúchil y mano de león.
