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Matar a un periodista en México no es un cliché, no puede serlo de tanto que se repite, dijo en rueda de prensa en Pátzcuaro, la periodista, Carmen Aristegui, quien destacó que el 100 por ciento de los asesinatos de comunicadores quedan impunes, lo que equivale a estar frente a un “tema de enorme gravedad”, pues el país está considerado como el lugar más riesgoso para “ejercer la tarea periodística en el hemisferio”.
Estamos, dijo, “ante una situación donde la palabra es difícil, o algo más que difícil… Veracruz se lleva las palmas, pero Michoacán tiene lo suyo”, afirmó la periodista con uno de los reconocimientos de mayor credibilidad en México.
Destacó que en los últimos 17 años en la República Mexicana se calcula que hay 125 periodistas muertos, lo que consideró “muchísimo para cualquier país”, ante los 40 mil muertos que no se dedican a la profesión de información, aunque, manifestó, no se trata de contabilizar diferente, pero si ponerlo como foco rojo, pues cuando se mata a un periodista, no sólo se afecta a la familia, sino también al gremio y a la sociedad en su conjunto.
“Cada periodista que es asesinado es asesinado también el derecho a saber, es asesinado el derecho que tiene la sociedad a estar informado, entonces la sociedad debe ver en la muerte de periodistas, algo más que la muerte de una persona que desde luego es lo más importante”.
Afirmó que no sólo hay censura en México ante la libertad de expresión, sino también “hay una autocensura por sobrevivencia”, ya que al haber tantos asesinatos y desapariciones de periodistas, el gremio deja de publicar, deja de comunicar la realidad.
