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Los Periodistas…Los Nuevos Oráculos

 

 

“Cuando el filósofo calla, la humanidad retrocede”

By: José Salomón García Moreno

Salomón

Cuando Querefonte acudió al oráculo en la Ciudad de Delfos, la pitonisa le advirtió el destino de Sócrates: “Su muerte será violenta a manos del hombre de la mirada mas clara…” Por Platón, en su apología, se sabe que Sócrates no murió a mano de ningún otro hombre, y si bien, “Sócrates es el hombre más sabio” él mismo se prodigó su muerte, al beber por su propia mano la cicuta, entonces la mirada más clara significaría el conocimiento…”Conócete a ti mismo” es la sentencia socrática.

Otro ejemplo de lo inescrutable del oráculo fue el vaticinio a uno de los trágicos, al señalarle que le caería una casa, de manera que abandonando la ciudad se retiró al monte; ahí, un águila que confundió su cabeza calva con una piedra, arrojó sobre ella una tortuga y lo mató. Recordemos que las aguilas lanzan un bocado para que se abra y el caparazón de la tortuga es, finalmente, su casa. La interpretación o la hermenéutica del discurso admite varios sentidos, dicho de otra manera, no había claridad en el vaticinio del oráculo y, desde luego, se podía entender de muchas maneras.

Ahora, ya no hay oráculos, que nos ilustren aunque sea vagamente sobre el inminente destino político; son, ahora, los periodistas quienes se han venido adjudicando el derecho de vaticinar. Hay tantas noticias, tantas maneras de conocerlas, tantas formas de interpretarlas, que en mi orfandad mediática, cualquiera supliría mi desconocimiento, de manera que no será lo mismo recibir de “cualquiera” la información, porque esta cambia, dependiendo de ambas subjetividades, del emisor y del receptor.

La subjetividad del informador permeará la propia subjetividad, y si a ello, le agregamos la carencia de un aparato crítico estaremos ante un escenario virtual, que pretendemos sea objetivo y lo discutiremos como si tal argumento fuera real y absoluto. La defensa de uno u otro argumento resultará falaz, porque sencillamente no tiene un asidero válido. Pero dicho con tanta seguridad que parece que la ecuación argumento y seguridad significan la verdad. ¿Cómo creer y a quién? Yo no creo en vaticinios, oráculos, encuestas ni dimes y diretes de los periodistas, que se consideran los dueños de la verdad informativa, como si uno no advirtiera en ellos las variantes, que dan a la información.

Busco no confundirme, votaré por quien mi conciencia y mi experiencia de vida me vaticinen, falta más que un comentarista, fije el rumbo de mi propio destino. Entiendo también que hay una gran mayoría que no reflexionan el voto, que con su pan se lo coman. Quiero tener mi conciencia tranquila gane o pierda mi candidato.

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