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Los medios hoy… La polémica del trigre

By: Camila Cienfuegos (IRMA)

En la exclusiva plaza comercial de Antara, en Polanco, la gente se sorprendió al mirar a una estilizada dama paseándose con un cachorro de tigre al que llevaba con correa cual perro doméstico. La imagen se hizo viral en redes sociales y la andanada de críticas llovieron como pedradas ¿Cómo es posible?

La presunta dueña, identificada como Mina Ayala, trató en vano de explicar el correcto estado legal del felino pero el linchamiento ya estaba en proceso.

¿Es posible poseer legalmente una especie exótica como mascota en nuestro país? La respuesta, aunque duela, es sí.

Todos quisiéramos ver a los tigres en su hábitat natural y no como mascotas de narcos, actrices, cantantes y ricachones que generalmente los adoptan por presunción, como estatus social; y es que no es lo mismo tener un chihuahua que un león. No solamente es el poder que representa el animal, sino el poder adquisitivo para mantenerlo.

Pero los leones y los tigres tienen una característica que no poseen el resto de los felinos silvestres: se reproducen con relativa facilidad en cautiverio, de ahí su proliferación que se refleja hasta en las noticias, donde resulta común enterarse de la fuga de algún felino, de su decomiso, del extravío y hasta de su cautiverio en las azoteas de la ciudad de México como perros maltratados.

Si bien la tenencia de estos animales está permitida, no está suficientemente regulada. Y al tratarse de especies exóticas, se encuentran en un estatus distinto al de las especies nativas. Cuando las autoridades ambientales decomisan un tigre o un león, su destino suele ser el zoológico más cercano, pero jamás la reintroducción a su hábitat, básicamente por dos razones:

  1. Dinero. El costo de traslado a los continentes africano y asiático es altísimo.
  2. Hábitos. Los ejemplares en cautiverio no poseen la capacidad de sobrevivencia, no pueden cazar. Abandonarlos a su suerte en sus hábitats es condenarlos a muerte. Otra opción es prepararlos, enseñarlos mediante programas de reintroducción pero esto representa altos costos que muy pocos gobiernos o empresas están dispuestos a pagar y al final no garantizan el éxito del animal en la naturaleza.

Sin embargo, para algunos especialistas, los felinos en cautiverio representan la última esperanza de supervivencia de la especie, ya que los que se encuentran en estado silvestre han mermado su población por la caza inmoderada, la expansión de la población humana y la destrucción de sus hábitats. Aunque también tenemos el problema de la pureza de las razas; en el caso de los leones, actualmente hay aproximadamente 10 subespecies diseminadas entre el continente africano y el asiático, y en el caso de los tigres, todavía es posible contar con el tigre siberiano, de Sumatra, Bengala, Amur, malayo, entre otros… y aunque todos parecen iguales, son distintos a los ojos de los científicos, pero en el caso de los felinos que se encuentran en cautiverio no hay control racial como el que se tiene con los gatos o perros con pedigrí; todos son una mescolanza de subespecies que dificultan su posible futura reintroducción.

Aunado a esto, se tiene el problema con la endogamia, es decir, la cruza de especies de la misma familia que trae como consecuencia la degeneración de la raza, y el caso más tristemente emblemático es el tigre blanco, cuya reproducción se da entre parientes para asegurar el maravilloso color blanco que le caracteriza. Esto ocasiona la proliferación de animales con deficiencias genéticas que a corto plazo se reflejan en su salud.

El tema de los leones y tigres no va a terminar, al menos no a corto o mediano plazo ¿y qué hacer con la enorme población que actualmente viven en nuestro país? ¿Eutanasia? ¿Esterilizarlos para evitar su reproducción? ¿Confinarlos a un albergue construido ex profeso? ¿Enviarlos a Estados Unidos y que ahora el problema sea de ellos? Al final todo representa dinero, lo mismo que pretender decomisarlos y mandarlos a los zoológicos.

Pero si el prohibicionismo tampoco es la solución ¿qué hacer considerando un gobierno mexicano que si no tiene suficiente dinero (ni interés) para atender a las especies nativas, mucho menos para las exóticas? La respuesta es simple y aquí algunas sugerencias para que luego no digan que solo critico y no propongo:

  1. Levantar un padrón serio, profesional y eficiente de las personas físicas y morales que posean animales exóticos.
  2. Monitorear de manera constante y aleatoria la situación de las especies que se encuentran en resguardo de particulares. Esto incluye la correcta alimentación, atención veterinaria y cautiverio amplio, limpio y en buenas condiciones.
  3. Procurar la preservación del linaje genético, evitando las cruzas entre subespecies distintas y, en lo posible, expedir certificados, como los pedigrís en los animales domésticos.
  4. Presupuesto extraordinario federal destinado a los zoológicos que resguardan animales decomisados.
  5. Incentivar programas de reintroducción inmediata en especies nativas (especialmente aves).
  6. Programas constantes de concientización, capacitación y manejo para los particulares que poseen especies exóticas.
  7. Endurecer leyes para los infractores que no atiendan el buen manejo animal.
  8. Prohibir la exposición y/o exhibición de los animales en público.

Los dueños deberán acatar una nueva cultura y sobre todo asumir una nueva responsabilidad que trae consigo la tenencia de leones o tigres.

Con lo anterior, la tenencia de especies exóticas ya no debería verse como estatus de poder o soberbia para quienes los poseen, sino como una acción más altruista y solidaria con el medio ambiente. Si un millonario posee un tigre, deberá tener en consideración que no es para alimentar su ego, sino una colaboración que ayuda a la conservación de un espécimen que en un futuro no lejano servirá para repoblar los lugares donde sus antepasados fueron extintos por el egoísmo de los seres humanos.

En fin, es solo un sueño, pero es más realista que el prohibicionismo.

¡Excelente miércoles para todooooooooooooooooos!

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